La clave

La amnesia sobre el Memorando

ENRIC HERNÀNDEZ

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Un año más, el debate sobre el estado de la nación ha servido para que el presidente del Gobierno se ufane de sus logros, ignorando con igual desdén la realidad social que desmerece su ejecutoria y a los portavoces de la oposición empecinados en empañarla. Si así obraron Felipe González, José María Aznar José Luis Rodríguez Zapatero, estaba escrito que Mariano Rajoy seguiría sus pasos. Como si no se hallara en su cuarto año de mandato, abjuró el presidente de la herencia recibida en el 2011 y dibujó una España a todo color, soslayando el sepia de las colas del paro, los recortes y los desahucios.

Enfrente, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, debutó con nota. Zafándose del fantasma de Podemos que sobrevolaba el hemiciclo, Sánchez articuló un discurso contundente, sin arredrarse ante el vocerío de la bancada popular, y procuró conectar con una sociedad indignada por la crisis y los escándalos de corrupción que acechan al PP, pero también al PSOE andaluz. El epílogo con que Rajoy zanjó el cara a cara, tachando de «patético» al líder socialista, dio pistas sobre quién había ganado el combate dialéctico.

La autocomplacencia del jefe del Ejecutivo alcanzó su epítome con este eslogan: «Evitar el rescate fue la gran medida social de la legislatura.» Porque, siendo cierto que el Gobierno repelió las presiones para que aceptara la plena intervención de la troika, no lo es menos que en mayo del 2012 hubo de someterse a su tutela a cambio de una ayuda de hasta 100.000 millones de euros para reflotar a las cajas en quiebra, con la Bankia de Rodrigo Rato como el gran agujero negro. Tres años después, de aquella insondable sima aún aún emergen cadáveres.

Las condiciones de la troika

Que ese préstamo no fue una generosa dádiva lo acreditan el Memorando de Entendimiento firmado con la troika, con 32 condiciones que supervisaron los 'hombres de negro'. La fingida desmemoria sobre el Memorando de rescate simboliza la amnesia que Rajoy desearía contagiar al electorados para hacerle olvidar tantas promesas rotas, tantos padecimientos pasados y presentes. Pero, voten lo que voten, los españoles tienen memoria.