Kiko Matamoros se independiza

No sabría decirles lo que va a proclamar este martes Carles Puigdemont en el Parlament de Catalunya, pero lo que ya sabemos es lo que ha anunciado Kiko Matamoros: le ha dicho a J. J. Vázquez en el 'Sábado Deluxe' (T-5) que se va, que se las pira, que se independiza. No quiere seguir en la arena del circo. ¡Ahh! Es una decisión terrible. Que Tele 5 pierda a un gladiador de su categoría debe de ser duro. Kiko advertía, creo que con mas alivio que dolor: «Después de ocho años de relación, he decidido divorciarme. Abandono. Esto ya no me hace feliz». Lo más curioso de esta declaración de independencia de tan fundamental criatura para las batallitas que monta Tele 5 ha sido la reacción de sus compañeros de escudería. Ha habido división de opiniones. Unos, pocos, estaban muy compungidos. Otros, más escépticos, le gritaban: «¡No nos lo creemos! ¿De qué vas a vivir? ¡En menos de seis meses volverás a estar aquí!». Y la pincelada mas tremenda fue la que se escuchó en un momento dado, llena de extraña ternura, cuando a grito pelado oímos una voz que decía: «¡A lo mejor de portero de discoteca sirves!». ¡Ahh! El cariño entre los guerreros del arte del cotilleo es así. Al margen de la pérdida que pueda suponer para Tele 5 la proclamación de independencia de Matamoros, convendría analizar un día, con calma, lo que ha perdido todo este imperio (Mediaset) por haber menospreciado el seguimiento informativo sobre Catalunya. En el otro imperio (Atresmedia) han apostado, a través de La Sexta, por el periodismo, por la información, de manera casi ininterrumpida. Eso ha provocado que la audiencia media de La Sexta, en lo que llevamos de mes, ya esté situada en el 10,2% de cuota de pantalla, mientras su eterna competidora, la cadena Cuatro, sigue anclada en el 6%. Son datos significativos.

{"zeta-legacy-video":{"videoId":74360179}}EL SÍNDROME DEL PRISIONERO .- Le ha dicho Iñaki Gabilondo a Ana Pastor en '<i>El objetivo': </i>«No sé cómo va a poder evitar Carles Puigdemont declarar la independencia el martes. Lo debe estar intentando desesperadamente». ¡Ah! Esta tremenda situación existencial se conoce como el 'síndrome del prisionero'. Decía Nabokov que somos prisioneros del tablero de juego que hemos construido. O sea: no se puede jugar al ajedrez en un tablero de parchís. La única solución: cambiar de tablero.