Pequeño observatorio

Joyas escondidas o lucidas

Cristiano Ronaldo anuncia que se ha comprado el coche más rápido del planeta

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JOSEP MARIA ESPINÀS

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La noticia me ha causado impresión: el futbolista Cristiano Ronaldo tiene una espectacular colección de coches calificados como «de alta calidad». Si me dijeran que tiene un coche de lujo, lo encontraría normal. El dinero es para gastarlo, y ya se sabe que incluso los automóviles más lujosos pueden tener averías. Será prudente, pues, que quien puede comprarse uno se compre dos. Y como el azar es imprevisible, podría ser que ambos estuvieran fuera de uso. Mejor tener tres, pues, y ya puestos, media docena. Un Bugatti Veyron, un Lamborghini Aventador, un BMW M6, y para estar más tranquilo, varios Mercedes, Ferraris y Porsches.

El ilustre futbolista del Real Madrid acaba de anunciar que ha comprado un Bugatti Chiron y se ha fotografiado al volante de un deportivo que, dicen, es el coche más rápido del planeta. Dos millones y medio de euros. Este monstruo automovilístico puede llegar a alcanzar los 420 kilómetros por hora.

Naturalmente, nunca veremos este monstruo circulando por las carreteras del país. Al menos, así lo espero. De modo que es un coche para ser admirado y punto. Porque me parece que sería muy frustrante que un coche tan poderoso tuviera que someterse a los 70 kilómetros máximos de los que podría advertirle un letrero de carretera.

Cuando yo era joven, no era raro que alguien hablara de «despilfarro». ¿Qué es un despilfarro? Malgastar, dilapidar. Pero eso, claro, depende de un punto de vista personal, de un criterio que a menudo no es compartido unánimemente. Hay quien encuentra natural dar una propina por un servicio determinado, y quien lo encuentra innecesario. Hay quien se compra un coche nuevo porque el que tiene ya es demasiado viejo, y quien se compra media docena porque se los puede comprar. Está muy claro. ¿Para no usarlos o para sacarlos a pasear un par de veces al año? Es lo que hacían, o hacen aún, las señoras adineradas: ir cambiando de collares en las reuniones sociales. Lo que se pide a Ronaldo es que, puesto a lucir, luzca estas joyas que son los goles.