LA BRECHA GENERACIONAL MARCA EL RESULTADO DEL REFERENDUM

Jóvenes británicos: ni estáis solos ni está todo perdido

Las generaciones mayores han decidido un futuro que las más jóvenes no quieren. Se entiende su indignación y frustración

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SISCU BAIGES

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El 64% de los chicos y chicas de entre 18 y 24 años que votaron, el pasado jueves, en el referéndum sobre la continuidad o abandono de Gran Bretaña de la Unión Europea eran partidarios de seguir formando parte de ella, según la empresa encuestadora YouGov. Un 24% (sólo uno de cada cinco) quería abandonarla. Un 12% no lo tenía claro. En la franja entre los 25 y los 49 años, un 45% se decantaba por la continuidad en la UE y un 39%, por cortar con ella.

En cambio, en las franjas de edad superiores, los partidarios del Brexit superaban de largo a los del Bremain. Cuanto más viejos, más aislacionistas. Un 49% pro-Brexit frente a un 35% pro-Bremain, entre los 50 y los 64 años. Y un 58% pro-Brexit frente a un 33% pro-Bremain, a partir de los 65 años.

La decisión final, por tanto, ha satisfecho más a los hombres y mujeres de más 50 años que a los jóvenes. Poniendo más sal en la herida juvenil, YouGov calcula que los de más de 65 años que han votado para romper con Europa sólo vivirán la nueva situación unos 16 años antes de morir mientras que los chicos y chicas que se han frustrado con el resultado de la consulta deberán apechugar con sus consecuencias en los cerca de 70 años que tienen de vida por delante.

Sólo los jóvenes del UKIP, el partido que ha liderado la campaña anti-europea, han votado igual que sus padres y abuelos. Los jóvenes del Partido Conservador, el Laborista, el Liberal Demócrata y el Partido Nacional Escocés son mucho más europeístas que los votantes de más edad de sus partidos.

Es decir que las generaciones mayores han decidido un futuro que las más jóvenes no quieren. Se entiende su indignación y frustración.

La ventaja de tener toda la vida por delante es que, probablemente y crucemos los dedos, asistirán a una marcha atrás en la decisión que ahora no han podido frenar con su voto.

Y deben saber que los jóvenes de los países europeos de los que Gran Bretaña ha optado por distanciarse comparten su insatisfacción y los acogerán con los brazos abiertos si conviene. De hecho, lo saben, porque lo han apreciado en sus viajes por Europa o a través de los contactos por las redes sociales que muchos de los votantes del Brexit no saben manejar.

Pero la mejor manera que tienen para reincorporarse cuanto antes a Europa es ayudar a cambiarla. La Unión Europea que impone una austeridad absurda y empobrecedora o que se saca de encima como puede a los refugiados que huyen de la guerra y piden ayuda no la quieren ni los jóvenes británicos, ni los franceses, ni los alemanes, ni los de ningún país miembro.

La esperanza de una Gran Bretaña abierta al mundo y de una Europa que defienda los derechos de las personas y no los intereses de las grandes empresas y el mundo financiero está depositada en todos estos jóvenes.

Aunque os digan que Europa queda muy lejos, no hagáis caso. ¡Ni estáis solos ni está todo perdido!