Juntos por la tipografía

Desde hace una temporada la letra manual se ha puesto de moda en publicidad

JORDI PUNTÍ

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Este verano la Junta Electoral ha instado a TV-3 a retirar su campaña televisiva llamada Junts. El logotipo con la palabra escrita a mano, decían, se parecía sospechosamente al de la candidatura Junts Pel Sí y se producía así una «falta de neutralidad» respecto de los otros partidos. Desde la televisión pública arguyeron que la campaña era anterior a la creación de la nueva candidatura -y es probable que tengan razón-, pero no hace falta ser un experto en grafología para ver que los dos logotipos podrían haber salido de la misma mano. La mano de un diseñador gráfico, para ser más exactos. Me imagino como lo presentaría el profesional de turno: «El trazo grueso y enérgico de las letras da proximidad al mensaje, te habla de tú a tú, como si fuera una nota colgada en la puerta de la nevera para que la lea tu pareja...».

De hecho, esta argumentación simplista vale para casi todo y la prueba es que desde hace una temporada la letra manualtan poco tipográfica, se ha puesto de moda en la publicidad. En los estantes del supermercado la encontramos en todo tipo de marcas -agua mineral, bolsas de ensalada, detergentes, champús- y quizá por eso ha saltado a la política: está presente en la campaña electoral de CDC, con su lema «convergents» y en el eslogan de la CUP: «governem-nos» (ambas en minúscula).

Como siempre me ha gustado la tipografía, incluso cuando escribo en el ordenador, y abomino de adefesios como la Comic Sans, que tanto daño han hecho, me parece que eso de la letra manual ya es una epidemia. Cada vez hay menos gente que escriba a mano regularmente, con papel y bolígrafo, y me temo que se ha convertido en un exotismo, una rareza que algunos diseñadores perezosos creen que humaniza al mensaje. Pues ya no: simplemente lo convierten en algo aburrido y tópico. Hubo una época en que los grafistas se enzarzaban en debates serios sobre los límites de la letra de palo, el cansancio de la Optima o la legibilidad de la Bodoni de cuerpo 10. Hoy hay más humanidad en una Q mayúscula de Baskerville, pongamos, que en una de esas jotas que parecen garabateadas con un rotulador gastado.