MIRADOR

Sin mandato pero con sainete

Desprenderse de Mas es la mejor forma para que el bloque separatista se sacuda la mancha de la corrupción

JOAQUIM COLL

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Hay un dato sobre los 'síes' y los 'noes' emitidos en la declaración separatista del lunes que ha pasado desapercibido, pero que ejemplifica bien la inconsistencia sobre la que se construye el mantra del “mandato democrático” esgrimido constantemente por Junts pel Sí y la CUP. Los 63 diputados que rechazaron esa DUI tuneada y diferida representan a más votos en las urnas (1.976.453) que los 72 diputados que la aprobaron (1.966.508). El sistema electoral posibilita que haya nueve diputados secesionistas más con 10.000 votos menos. Si a eso le añadimos los 103.000 sufragios de Unió Democràtica, que no obtuvo representación al quedar por debajo del 3%, la foto de los contrarios a la secesión unilateral supera el 50% de los votos emitidos el 27-S. Así, pues, de “mandato democrático” nada de nada.

Pese a las enormes diferencias entre Ciutadans, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP, el rechazo a dicha resolución se expresó igualmente con un voto negativo de todos esos grupos. El separatismo tiene perdida la batalla de la aritmética, sobre todo internacionalmente. Ayer el 'Financial Times' dijo que el resultado en las urnas obtenido por esa “alianza heterogénea” que abarca desde CDC a la CUP está "muy por debajo de lo que se necesitaría moralmente para justificar una ruptura con España”. Llevarla a cabo es una “locura”.

El diario británico también subrayaba que Artur Mas ha perdido el “control de la situación”. Si en 2012 pasó a depender de ERC, ahora está por completo en manos de la CUP. En el turno de intervenciones en el Parlament quedó claro, eso sí, que están obligados a entenderse para evitar elecciones anticipadas, que Junts pel Sí no desea en modo alguno y que Antonio Baños calificó de “reaccionarias”. El calendario negociador lo va a marcar la formación anticapitalista que hasta el 29 de noviembre no reúne a su asamblea. Pero no solo va a condicionar el calendario, también insistirá en que Junts pel Sí proponga otro candidato a 'president'.

Es una hábil estrategia que persigue atraer a Catalunya Sí que es Pot hacia el proceso constituyente de la república catalana. Podemos es la única fuerza emergente que propone un referéndum de secesión. Pero Pablo Iglesias ha renunciado a ser un líder español y, tras las elecciones generales, solo va a controlar directamente un pequeño número de diputados. A partir de ahí pueden abrirse muchas contradicciones territoriales en la llamada izquierda alternativa, sobre todo con la lista que patrocina Ada Colau.

Desprenderse de Mas es la mejor forma para que el bloque separatista se sacuda la mancha de la corrupción convergente que tanto le afea. Pero en CDC no están en absoluto dispuestos a entregar su cabeza. Sin marca electoral, con todas sus sedes embargadas y habiendo perdido su norte ideológico, solo les queda su engreída figura. Las nuevas concesiones a la CUP van a convertir la reelección de Mas en un sainete esperpéntico.