Joan Ramon

Si hablamos de tele, él era quien más sabía de esto. Porque le apasionaba. Porque le divertía. Porque se anticipaba. Porque no dejaba de tener el afán aventurero de los niños. Siempre atento a lo último, le brillaban los ojos cada vez que compartía los hallazgos con su gente. Le conocí porque así lo decidió él, tras haberme escuchado en la radio, y como siempre que coincides con grandes talentos no necesitas mucho tiempo para darte cuenta de que era especial. Xavier Sardá necesitaba tripulantes para conquistar Marte y Joan Ramon me puso en la lista de candidatos. Creo que no desvelo ningún secreto si cuento que en el alma de esa nave de tan exitoso viaje estaba el talento y el talante de Joan Ramon. Él era la referencia de Sardà, su brújula, en una relación conjunta que emocionaba ver. Una pareja de baile brutalmente talentosa de la que unos cuantos no queríamos dejar de aprender.

Al dueto lo disfrutábamos en el plató, pero estar con Joan Ramon por los pasillos de Gestmusic también era una gozada. Siempre atento a cada miembro del equipo, veías quiénes eran sus alumnos aventajados, entre los que ya sobresalía Tinet Rubira... Y como digo,siempre te sorprendía con algo, pensado especialmente para ti. Mucho antes de iPods y iPhones, un mediodía se presentó en una sala de montaje con un solo disco para decirme que allí estaba comprimida la discografía de Springsteen. Le preguntamos si era un CD de larguísima duración, y él nos estaba mostrando el MP3, lo cual entonces me pareció mágico. Y es que tal vez esa sea la palabra que mejor lo defina. Mágico. Mago. Ilusionista. Aquel que pone la técnica y la sabiduría al servicio de la emoción.

LA ALARMA DE 'CAMALEÓ'

Fue, por ejemplo, uno de los impulsores de transformar la Cabalgata de Reyes de Barcelona en un gran espectáculo. Fue quien arriesgó con 'Camaleó' en TVE, anunciando que lo que iban a emitir era un falso documental y en cambio causó gran revuelo, dimisiones incluidas, ante la alarma general de aquel golpe de estado en el Kremlin. Podía ser cierto… cuando aún no lo era. Él ayudó a muchos a que nos hiciéramos un hueco en la industria. Y hoy la tele sigue bebiendo de su legado. Recordar a 'OT' es recordarle, como muchísimas otras pioneras aventuras televisivas.

El Festival de Televisión de Vitoria instauró los premios Joan Ramon Mainat cuando nos dejó, y este año a Iñaki Gabilondo, a María Casado y a un servidor nos han hecho el honor de otorgárnoslo. Lo recogí emocionado el sábado. Ahora en casa hay una escultura con su nombre que no dejo de mirar. Aunque os confieso que desde hace unos años, llevo conmigo otro premio Joan Ramon Mainat que me dio él directamente. Fue una frase mientras nos despedíamos en mi última noche en Marte. No he dejado de pensar en ella ni un solo día. La custodia mi corazón.