Gente corriente

Joan Lluís Porta Ferré: "Intuíamos que este árbol podía ser un monstruo"

Dueño de un olivo de 1.701 años. La Farga de l'Arion es uno de los árboles fechados más antiguos del mundo.

«Intuíamos que este árbol podía ser un monstruo»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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Decenas de gigantes de madera se alzan majestuosos bajo un sol de justicia que hace callar hasta a las cigarras. Situada en Ulldecona, en el corazón del Montsià, la finca agrícola que pertenece a la familia Porta Ferré desde hace cinco generaciones concentra 40 olivos milenarios en poco más de una hectárea. Uno de ellos, La Farga de l'Arion, muestra un espectacular tronco de ocho metros de perímetro y tiene una edad de 1.701 años, según un  estudio de la Universidad Politécnica de Madrid. En este escenario digno de  J. R. R. Tolkien parece como si, en cualquier momento, fueras a ver un hobbit emergiendo de un tronco retorcido o al rey Jaume I descansando de sus trifulcas con los árabes.

-¡1.701 años! ¿Lo creía tan antiguo?

-Pensaba que era muy posible, sí. Tengo la referencia de los olivos que se plantaron en los años 40 y, cuando comparas estos troncos de 100 años con el de La Farga, te das cuenta de que es muy posible que tenga más de mil años. Oficialmente, este es el olivo más antiguo, pero yo tengo la teoría de que en la finca hay otro aún más viejo, pero como ha crecido en un terreno lleno de piedras no se ha podido desarrollar tan bien.

-¿Cómo pueden llegar a estas edades?

-Este lugar parece hecho para ellos. El clima y las condiciones del terreno facilitaron el arraigo de las semillas que sembraron los pájaros y la mano del hombre ha hecho el resto. La Farga, en concreto, crece en un punto privilegiado. Si caen 10 litros de lluvia, toda el agua de la montaña baja hacia allá. Este olivo es el último que tiene sed; por poco que llueva siempre tiene agua y no ha sufrido tanto como otros.

-¿Diría que, a pesar de su edad, está bien de salud?

-A nivel de payés, sí. No tiene la enfermedad que nosotros llamamos repilo ni está afectada por la mosca del olivo. Quizá un especialista haría alguna modificación en la poda, pero nosotros lo tratamos igual que los otros olivos. Evidentemente no te planteas cortarlo, pero tampoco se le pone más abono que a los demás.

-¡Está cargado de aceitunas!

-Claro que sí. Que sea milenario no le impide hacer una producción normal, y este año es bueno para la variedad de aceituna farga. Con estos olivos, en casa se hace el aceite El Vilar Mil·lenari.

-Usted se crió entre estos gigantes de madera. ¿Entonces ya tenía conciencia de que este árbol era especial?

-De alguna manera sí. Los trabajadores lo utilizaban como referencia: «Mos falta una faixa [el terreno que hay entre dos márgenes de piedra] per arribar a la Farga». O también lo llamaban «el olivo del fondo». Intuíamos que este árbol podía ser un monstruo, que era único. Aun así, en algún momento arrancaríamos algún ejemplar milenario para calentarnos.

-¿La Farga se salvó de milagro?

-Solo se cortaban los que se veían decaídos. Se salvó porque tenía que salvarse.

-Ahora incluso lo protegen con un perímetro de cuerda.

-Estos postes y cuerdas que lo rodean los pusimos nosotros, pero no porque me guste... a mí me da la sensación de que lo estamos atando. Pero la base del tronco ya brillaba por el rozamiento de todas las personas que se suben a hacerse una foto. Y esto no es lo grave. Algún despistado puede dejar el cigarrillo mientras hace la foto y esto se encendería como la pólvora.

-Su finca es una de las que forman el Museu de les Oliveres Mil·lenàries d'Ulldecona, donde hay 391 ejemplares. ¿Cuando la Administración le pidió colaboración para difundir este patrimonio, no temió que el terreno se le llenara de extraños? 

-Ni me lo planteé. Un árbol de más de mil años merece que se le preste atención.

Al acabar el recorrido por los olivos milenarios no hemos visto hobbits ni reyes medievales, pero sí una mujer de aire místico. Dice que el olivo es «un árbol de poder que pacifica los problemas de la mente y quita los males del corazón». Por algo es, desde antiguo, un símbolo de paz.