NÓMADAS Y VIAJANTES

Israel pierde la imagen

RAMÓN LOBO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

EEUU perdió Vietnam por una cuestión de imagen, no creyó que fuera importante la opinión pública de la retaguardia. Era una guerra lejana, ajena con una justificación demasiado fría: la teoría del dominó. La de Israel es interna, y lo es porque Israel aún no tiene claro cuáles son sus fronteras. Su justificación es más rotunda: se trata de nuestra supervivencia. El mensaje llega porque existió el  Holocausto. Pero los mensajes buenos también se desgastan.

La retransmisión en directo del derrumbe de las Torres Gemelas cambió el mundo, lo simplificó: buenos y malos; así, sin matices. La imagen aireada por la CNN, un cadena nada inocente, de un grupo de palestinos vitoreando el  11-S hundió los esfuerzos de Yasir Arafat por ganar respetabilidad para su causa. Él era un ejemplo del tránsito: de terrorista a premio Nobel de la Paz.

Ariel Sharon leyó las consecuencias el 11-S y aprovechó el revuelo para meter a Arafat en el bando de los Bin Laden, y con él a los palestinos. Hamás empeoró las cosas con más atentados suicidas. Después del 11-S cualquier atentado equiparaba al autor con Al Qaeda. Le pasó a ETA tras el 11-M.

Ni líder ni figura moral

Los palestinos han perdido la guerra de la imagen. Con Arafat muerto, sin líder ni figura moral más allá de Maruan Bargutti, que sigue en prisión, dejaron de ser las víctimas, un pueblo oprimido, su gran conquista publicitaria tras dosintifadas. La comunidad internacional, que es alérgica a los asuntos complejos en los que no se reparten medallas ni votos, ha comprado el discurso israelí.

Los palestinos son responsables en parte de su situación debido a sus errores y a los inducidos por los líderes árabes que los manipularon. El papel inexistente de la Liga Árabe estos días muestra la inutilidad y catadura moral de sus representantes. Con hermanos como estos no son necesarios los enemigos.

Esta nueva operación militar sobre la franja de Gaza está siendo desastrosa para Israel. No tiene objetivos claros, más allá de la propaganda. La imagen de los civiles palestinos muertos, sobre todo niños, ha causado un enorme impacto aunque no se note en las manifestaciones ni en la reacción de los gobiernos. El silencio general es vergonzoso, como tituló El PERIÓDICO. Puede que Israel esté cometiendo un error garrafal con su imagen, más deteriorada que nunca.

Bill Clinton dijo una vez que Binjamin Netanyahu era el mayor hijo de puta con el que había tratado. Netanyahu eleva a Sharon al escalón de estadista. Pese a su  biografía sangrienta en Sabra y Chatila, en Líbano, era, al menos, un tipo que tenía una estrategia. ¿Cuál es la de Netanyahu? ¿Qué persigue además de impedir la paz?

Obama no debe de tener una mejor opinión que la de Clinton, y no digamos Kerry. El uso desproporcionado de la fuerza, los posibles crímenes de guerra en Gaza, que la ONU quiere investigar (un brindis al sol porque a Israel le trae al pairo lo que diga la ONU) es una oportunidad de oro para Obama, a quien le queda un año y medio de presidencia. El gesto de suspender los vuelos a Tel- Aviv es un mensaje: se nos acaba la paciencia, tenemos armas políticas de presión. A ver si es verdad.

Hartazgo del 'Far West'

En la superficie, por lo que se oye y lee, no debemos hacernos ilusiones: Israel aún tiene barra libre. Pero hay señales interesantes, como los aviones, el boicoteo que prende en Alemania y la UE y declaraciones fuera de micrófono que indican una creciente hartura con Israel y su política del Far West.

Una vez entrevisté a un líder de Hamás en Gaza. De la pared de su casa, que más parecía un búnker, colgaba un mapa de Palestina sin fronteras. Le pregunté por qué no las tenía. Dijo que Hamás no reconocía Israel. Respondí que los israelís más sionistas tenían un mapa como el suyo: sin fronteras.

Discutimos sobre los atentados suicidas; no reconocía errores, ni después del 11-S. Al final dijo que en un proceso de paz se pueden hacer concesiones pero lo que no puede pretender Israel y EEUU es que Hamás deponga las armas y reconozca el derecho a existir de Israel sin siquiera haber comenzado siquiera las conversaciones.

Mientras culpamos a unos o a otros, ¿qué hace la sociedad civil en España? Los llamamientos a una ruptura de relaciones, a un boicot total, no son efectivos. Sí lo es el boicot a los productos que proceden de territorios ocupados. También sería bueno que el Gobierno de Rajoy explique qué tipo de armas vende a Israel, por qué las vende y qué garantías hay de que no se están usando contra los palestinos. No vale cháchara, queremos hechos.