IDEAS

De oficio, escritora

Isabel-Clara Simó, ayer, en la sede de Òmnium Cultural.

Isabel-Clara Simó, ayer, en la sede de Òmnium Cultural.

JORDI PUNTÍ

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Esta semana, Òmnium Cultural concedió el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes a la escritora Isabel-Clara Simó (Alcoi, 1943). Aunque provenga de una entidad privada, es seguramente el galardón más alto de la cultura catalana. Nuestro premio Cervantes, por así decirlo. Diez minutos después del anuncio, las redes sociales ya se habían convertido en un ágora donde polemizaban los defensores y detractores de la elección. Los que estaban a favor destacaban la trayectoria ejemplar de Simó, como autora leída y premiada, pero también como defensora activa de la cultura, tanto en la prensa como al frente de la revista 'Canigó' en los años 70. Los que estaban en desacuerdo le reprochaban una obra irregular, que creció con la voluntad de llenar los vacíos de género, un punto oportunista y muy pendiente del elemento comercial. Los defensores, entonces, resaltaban el carácter honorífico del premio, que valora el compromiso intelectual y político... Y así sucesivamente.

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Desde que se estrenó con 'Júlia', en 1983, Isabel-Clara Simó ha publicado 29 novelas y una quincena más de títulos, entre narrativa breve y libros de no ficción. Durante unos años la leí con continuidad, incluso corregí varias de sus obras ya que entonces trabajaba en su editorial. Como es lógico, en esta trayectoria amplia debe haber lugar para todo, para la literatura de calidad -aunque no sé si "alta literatura", como la llama Xavier Bru de Sala, un término que habría que redefinir- y ciertamente para los libros discretos, surgidos en más de un caso del encargo editorial. Está 'El mossèn' pero también 'L’home que ensumava les dones'; está la reciente 'Jonàs' pero también 'La Nati'. Ya me entienden. En todo caso, yo veo a Isabel-Clara Simó como un síntoma, o si lo prefieren como una precursora: representa el esfuerzo del escritor en catalán para profesionalizarse, para hacer de la literatura un oficio, pero también encarna los tics populares del que aprovecha la ola de las modas. Eso sí, comparadas con muchas de las novelas previsibles y de prosa insípida que hoy en día ganan premios y marcan el paso comercial, las de Isabel-Clara Simó casi siempre salen ganando.