La clave

Irak cotiza a la baja

ALBERT SÁEZ

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El choque de civilizaciones parece haber sucumbido ante el fracking. La patraña intelectual que sirvió para justificar la segunda guerra de Irak no ha sobrevivido a los halcones que la pusieron en marcha y la justificaron. Donald Rumsfeld y Condoleezza Rice deben asistir impávidos desde sus millonarios retiros en la industria militar al desmoronamiento del régimen que quisieron imponer en Irak sin tener en cuenta a los iraquís.  Solo el cínico de Tony Blair se ha atrevido a hablar para quitarse los muertos de encima. Y todavía les debe remover más las entrañas escuchar a Irán ofrecerse como aliado para contener el avance de Al Qaeda hacia Bagdad.

Estamos asistiendo a un cambio de paradigma en la política exterior de Estados Unidos. El primer indicio fue la retirada de Afganistán, luego vino el adelanto de la marcha de Irak. Pero lo determinante ha sido la renuncia a intervenir militarmente en Siria y a mojarse en Ucrania. No es que Obama sea un pacifista sobrevenido. Es que hay dos elementos que han empujado a Estados Unidos a decidir que no va a seguir siendo el policía del mundo global. El primero es el alto nivel de endeudamiento de la Administración americana, que ha provocado en los últimos tres años el bloqueo de los presupuestos. Los halcones que incitaron la guerra ahora no quieren pagar la factura. El segundo elemento tiene que ver con el petróleo que los halcones querían extraer de Irak para controlar el precio del crudo y asegurarse el abastecimiento sin gastar las propias reservas. El fracking se ha interpuesto en el cinismo que sustentó esa guerra en nombre de la democracia, cuando solo era en nombre del petróleo. Y ahora resulta que el oro negro está en el subsuelo de los mismos Estados Unidos. Se acabó eso de dar vueltas por el mundo en nombre de la democracia para asegurarse el petróleo. Y todo apunta que esta no es una decisión de Obama sino «nacional».

Europa, huérfana

Haría bien la Unión Europea en decidir cómo se reubica en este panorama. Se acabó hacer de comparsa como Gran Bretaña, pero también queda libre la plaza de policía global, sobre todo si prohíbes el fracking.