La intimidad es un 'showroom'

FERRAN MONEGAL

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Los esfuerzos del equipo de Viva la vida (T-5), desplazados a Argentona, fueron inútiles. No pudieron penetrar en la boda de Laura Escanes y Risto Mejide, porque la exclusiva del enlace lo habían vendido a una revista. No obstante, Toñi Moreno, la presentadora de este nuevo programa que sustituye al de María Teresa Campos Qué tiempo tan feliz, estaba preparada. Había colocado en la grada de público a una pareja, según ella de características muy parecidas. Y al grito de «¿Es posible el amor con tanta diferencia de edad?» se acercó corriendo hacia estas dos criaturas del público, un matrimonio formado por Luz, de 32 años, y Guillermo, de 63. Les pusieron un rótulo enseguida, que decía: «¡Como Laura y Risto!». Y charló con ellos un ratito, conversación que acabó con Toñi gritando como una descosida «¡El amor es maravilloso!» y cosas así, la mar de peregrinas. Hombre, no sé si a Laura y a Risto les hará gracia esta comparación sobre la marcha que se han inventado en Viva la vida. Tendrán que tragar, porque T-5 es la cadena que les cobija.

En cualquier caso aquí el debate interesante no es la diferencia de edad de los contrayentes, sino la exposición pública, el abrir la intimidad y exhibirla. No lo cuestiono. Lo analizo. Parece que la tendencia de las estrellitas televisivas es seguir lo que años atrás ya iniciaron algunas celebrities cinematográficas y artistas: además de su trabajo estricto, añadían también su vida personal como ingrediente del show-business. La gran novedad de estos nuevos famosos que han sido fabricados en la tele es que su exhibicionismo es una necesidad, no una consecuencia. La exposición de su vida es fundamental -o al menos lo creen así- para seguir en lo que llaman la cresta de la ola. Yo creo que aunque ninguna cadena, o ninguna revista, les pagase ni un euro por la exclusiva, el showroom sobre sus vidas lo harían lo mismo. Creen que es una forma de afianzar, de garantizar, su estatus televisivo. Es como un plus, un valor añadido en el mundo del famoseo. Me muestro, me miran,exhibo mi vida, ergo, en el negocio de la tele podré seguir vivo.

Al margen de este asunto, el programa con el que acaba de debutar Toñi Moreno no le veo la originalidad por ningún sitio. Podría ser, tranquilamente, un apéndice de la zona cotilla de los Esenciales Ana Rosa o del Sábado Deluxe. Han sacado como gran actualidad a Manel Navarro y su gallo cantarín. ¡Ahh! Tema viejo. Cansino. Quemado. Inútil.