Análisis

¿Intento fallido o solución a la crisis mediterránea?

La Agenda Europea llega tarde y solo será un revulsivo si los estados deciden aceptarla

GEMMA PINYOL-JIMÉNEZ

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Ya conocemos la Agenda Europea sobre Migración.Agenda Europea sobre Migración La primera conclusión que extraemos es que no hay nada en esta propuesta estructuralmente novedoso. De nuevo la Unión Europea ha dejado de manifiesto que su filosofía es la de protección de unos a cambio de la persecución de otros. La propuesta de la Comisión llega tarde. Su intento por impulsar el trabajo conjunto entre los estados miembros en la gestión migratoria se continúa enfrentando con la realidad de 28 sensibilidades e intereses diferentes, cuando no enfrentados.

En cualquier caso, hay que felicitarse de que la comunicación empiece con una llamada a la acción inmediata. Para ello, se propone la creación de equipos con miembros de las distintas agencias involucradas, Easo, Europol y Frontex, que actuarán junto a los estados miembros, así como triplicar los fondos de las operaciones Tritón y Poseidón. Quizá esta coordinación operativa sea una de las principales novedades.

También se prioriza la lucha contra las redes de contrabando de personas, una buena iniciativa si no fuera porque la consecuencia directa es una mayor militarización de los controles fronterizos. Esto incrementará el riesgo para aquellos que intenten llegar a Europa a través de rutas más peligrosas o en barcos más endebles. Parece evidente que las operaciones militares no son suficientes si no van acompañadas de otro tipo de actuaciones que tengan que ver con la gestión de conflictos.

Pero seguramente el asunto que mayor interés ha despertado ha sido el compromiso de la Comisión Europea con las personas que necesitan protección internacional. La dialéctica europea entre países frontera y países de acogida se ha resuelto estableciendo un nuevo sistema de reubicación y reasentamiento a través de unos discutibles criterios de distribución con los que los países europeos deberán asumir una cuota. España, según este sistema, se haría cargo del 9,10%. Por primera vez se plantea una distribución solidaria de personas con necesidad de protección internacional, aunque sigue sin tenerse en cuenta la magnitud del problema ya que apenas abarcará al 0,5% del total de refugiados de Siria. Estas propuestas requieren un gran acuerdo entre los estados, y además deberán ir acompañadas de una revisión de Dublín II. Una revisión no exenta de discrepancias, pues países como el Reino Unido, Irlanda y Dinamarca no dudarán en utilizar el opting-out previsto en los tratados en este ámbito.

Esta Agenda Europea sobre Migraciones solo será un revulsivo si los estados deciden aceptarla y entender la gestión migratoria como una cuestión de solidaridad y corresponsabilidad clara. Pero también es cierto que llega, en muchos aspectos, tarde y mal. Dotar de contenido las líneas prioritarias es el reto al que se enfrenta ahora la Comisión, para lo que necesita la colaboración de los estados miembros. Más ambición política y, sobre todo, más Europa deberían ser elementos clave en este reto.

También firma el artículo Ruth Ferrero-Turrión, profesora de Ciencia Política de la UCM/UC3M e investigadora en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales.