Al contrataque
Independencia a la carta
Xavier Sardà
Periodista
Es licenciado en Ciencias de la Información, con una amplia trayectoria en radio y televisión. Su actividad se centra actualmente en tertulias de carácter político.
XAVIER SARDÀ
La independencia de Catalunya respecto a España es una idea que genera satisfacción a muchos catalanes. No está entre mis ilusiones prioritarias. A menudo puede perderse lo bueno por la vocación de tener lo mejor. Cada cual con su criterio. Fabulo sobre la posible independencia. En tal caso, me gustaría que implicase también ser independientes, temporal o indefinidamente, de algunos aspectos o grupos de la sociedad catalana:
-Ser independientes de Qatar Airways. Liberar las camisetas del Barça y las gradas del estadio de dictaduras de cualquier tipo.
-De Goldman Sachs. Aunque en este caso, quizá fuese mejor catalanizarlo para que de esta manera invirtieran por aquí. Eso, que Duran Lleida se haga menos preguntitas y que se convierta en nuevo jefazo de Goldman.
-Del Opus Dei y sus burritos de Dios (Así se autodefinen).
-De los que dicen que no saben si Dios existe, pero que 'algo' tiene que haber. Vamos, panteísmo de marroquinería.
-De los alelados que no vacunan a sus hijos
-De los doctores honoris causa con aquel gorro.
-De la gente licenciada superior que dice 'buenu'.
-De la producción entera de Swarovski.
-De los anuncios de colonia con aquella voz francesa que habla flojo y es un poco como de putilla.
-Por cierto, ser independientes de los catalanes que se creen que hablan francés. El catalán 'creo que hablo francés' piensa que los parisinos, por pura mala leche, hacen ver que no les entienden. ¡A estudiar!
-Ser independientes de la enfermedad en todas sus tétricas variantes. Dicen que una persona sana es un enfermo no diagnosticado. Glups.
-De las asociaciones de telespectadores.
-De los anuncios de pompas fúnebres incrustados en la programación de la tele de los periódicos: Ahora caigo, Le enterramos bien...
-De los domingos de siete a diez de la noche. Maldita hora de los suicidios.
-Independientes de los refranes. Dicen lo uno y lo contrario: Hombre refranero, medido y certero, y por otro lado, Gente refranera, gente embustera. Un lío.
-De los convergentes pijitos que, ingenuamente, creen que son más bien de izquierdas porque son indepes.
-Del caso Palau, porque se haya juzgado y condenado a los culpables del expolio. ¿Pasará?
-De la halitosis y la sobacosis.
-De los conspiranoicos de internet. Hay catalanes que creen que no se fue a la Luna, que creen lo de Bush-Torres Gemelas y toda esa pesadez.
-Y lo más difícil: poder ser a veces independiente de uno mismo.
Veo que lo de la independencia no está tan mal.
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