El perímetro de Podemos

albert
Sáez

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El frame de Podemos ha colonizado la opinión pública. Como buenos técnicos en ciencia política, los dirigentes de la nueva formación han planteado el debate en los términos que les favorecen, aupados por la coincidencia general con su diagnóstico sobre la sociedad actual. Así, Podemos ha construido, en menos de un año, un «nosotros» basado en tres identificaciones diferentes. Primero llegó a la red y a las tertulias como la izquierda anticapitalista frente a los socialdemócratas vendidos al capital. En las elecciones europeas pasó a ser el partido de la gente frente a los partidos de la casta. Y ahora afronta el ciclo electoral como la fuerza de los «de abajo» frente a los «de arriba». Embriagados por los éxitos demoscópicos, los dirigentes de Podemos convocan este sábado La marcha del cambio, un lema con regusto felipista. El mensaje de Podemos está hecho a medida de la gente, por eso es inmune a las maniobras desesperadas de la casta para desacreditarlo. Más bien actúan como elemento cohesionador porque parte, como ha escrito Josep Ramoneda, de pretender demostrar que «ya sois como nosotros»: cobráis sin trabajar, escondéis lo que ganáis al fisco y falsificáis el currículo. Una estrategia que, como pasa en el kárate, no inflige dolor al adversario sino a quien profiere los golpes.

Inconcreción

La incógnita es saber si Podemos conseguirá llegar a las elecciones generales sin concretar algunas propuestas. El manual de ciencia política les dirá que lo hagan, pero el aluvión de competiciones electorales, empezando por la trampa que les ha puesto Susana Díaz en Andalucía, les dificultará la travesía sin más discurso que el del cambio radical en el sistema de provisión de las élites. Esa es la propuesta que genera más consenso, mayor acuerdo en el diagnóstico. Menor apoyo registra impulsar un cambio de régimen, el «candado del 78» en palabras de Pablo Iglesias. Y mucho menos un cambio de sistema a la griega. Quienes pretenden derrotar a Podemos deberían centrar su atención en estos parámetros en lugar de hacer morir de risa a la gente intentando convencerla de que los «de abajo» son casta antes de llegar «arriba».