La rueda

Impune desfachatez al poder

La proliferación de confesos legalistas anuncia el definitivo hundimiento ético del sistema

RAMON FOLCH

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Algunas entidades financieras que, con el dinero de todos, fueron rescatadas hace tan solo cuatro días anuncian satisfechas que ya vuelven a ganar millones a espuertas. Pero tales ganancias no comportan devolvernos la ayuda recibida. Las numerosas empresas honorables que con gran esfuerzo y sacrificio han salvado la crisis que no provocaron sí deben devolver los préstamos al sistema bancario que ellas mismas contribuyeron a rescatar. Un diputado que cobró para aconsejar empresas relacionadas con la gestión pública sostiene que su actuación ha sido éticamente incorrecta, pero legalmente irreprochable. Nada tan ilegítimo en un servidor público como la falta de ética. No lo parece, porque los confesos no convictos proliferan. Es un paso más hacia la definitiva disolución moral del imperante statu quo político.

DEFRAUDACIÓN FISCAL

Los gángsters norteamericanos disponían de abogados que explotaban las debilidades formales del sistemaAl Capone Anastasia, criminales clamorosos, solo pudieron ser condenados por defraudación fiscal. A otra escala, me temo que hemos empezado a reeditar la experiencia. Alcaldesas, diputados, ministros y embajadores, también empresarios, banqueros, gestores o asalariados desvergonzados, acumulan abusos, nepotismos, prevaricaciones, corruptelas y corrupciones. Pero se hacen reelegir o aceptar con entusiasmo.

Las condenas y las inhabilitaciones, si llegan, son tímidas y vergonzantes. Terminará habiendo más confesos que convictos. El problema es la connivencia culpable de un cuerpo social incapaz de volver la espalda a esos facinerosos disfrazados de servidores públicos o de ciudadanos repetables. Le sugiero que lo haga, si aún tiene dudas. No necesariamente a favor de opciones airadas o inciertas. En todo caso, inclinándose por opciones claras y éticamente fiables. Usted verá.