Análisis

La imparable digitalización del mercado laboral

El sector tecnológico está transformándose en el aglutinador de negocio. Es el hilo que une las costuras de nuestras ciudades

El MWC, centro de innovación de la telefonía móvil.

El MWC, centro de innovación de la telefonía móvil. / periodico

JUAN FRANCISCO JIMÉNEZ

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Hemos digitalizado la información y la hemos llamado big data. Hemos digitalizado nuestras relaciones sociales y las hemos llamado social media. Incluso hay voces que anuncian la digitalización del cuerpo humano y lo hemos llamado transhumanismo. ¿Se puede dudar de la digitalización del mercado laboral?

El sector del trabajo vivió un primer impacto de la digitalización, que recicló unas profesiones en otras que ahora operan a través de los dos dígitos. Sin embargo, la realidad es que sobreviene una segunda oleada de profesiones ligadas a las tecnologías. ¿Está preparada Barcelona para esta transformación, que se intuye definitiva?

TEJIDO EMPRESARIAL FALTO DE RECORRIDO

La oferta de congresos tecnológicos de referencia ha crecido en la capital catalana. Al Mobile World Congress se suman el Smart City World Congress sobre ciudades inteligentes, el 4YFN sobre emprendimiento, el IOT Solutions World Congress sobre el internet de las cosas, el Eshow sobre comercio electrónico o el In3dustry sobre impresión 3D. Esta situación pone a Barcelona en un dilema: participar de esa nueva economía que representa internet o ser solamente escaparate del fenómeno.

Iniciativas como el 22@ o la implantación de sedes de empresas tecnológicas y digitales en Barcelona invitan a pensar en positivo. El informe Startup Ecosystem Overview, elaborado por MWCapital, ha situado recientemente a la ciudad como el quinto hub europeo en este sector. Sin embargo,

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área y a su tejido empresarial le falta recorrido.

No hay excusas. Los barceloneses deben saber qué está sucediendo y entenderlo como una oportunidad. Las empresas deben dejar de ser estructuras del siglo XIX con mentalidad del XX que transitan en el XXI y las administraciones han de ser motor pedagógico de ese cambio. Los estudiantes y las instituciones que los forman deben entender que el perfil que buscan las empresas ya es claramente tecnológico. Un informe de Randstad Professionals afirmaba que en el 2017 los perfiles tech iban a ser los más demandados y que se necesitarán 1,25 millones de profesionales en los próximos cinco años. Estos perfiles también aparecen entre los rankings de los mejor remunerados.

PARTE DEL CAMBIO O ESPECTADOR PRIVILEGIADO

No obstante, si algo define al sector tecnológico es la innovación y el cambio. Por este motivo, el profesional no debe especializarse solo en un área concreta, sino potenciar unas habilidades transversales que perduren en la realidad digital. Thomas Frey, uno de los futuristas que más influyen en Google, lo sintetiza en 14 habilidades que requerirán las nuevas profesiones del futuro: ser optimizador, contextualizador, ético o transformador son algunas.

El sector tecnológico está transformándose en el aglutinador de negocio. Se ha convertido en el hilo que une las costuras de nuestras ciudades. La economía digital afecta a la velocidad a la que se mueve el dinero, a los modelos de negocio y a las estructuras empresariales. Digitalizarse como profesional ha dejado de ser importante: es imprescindible. Barcelona debe elegir entre ser parte del cambio o su espectador privilegiado

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