Ni idea

No. Nunca. Jamás. No me consta. No me acuerdo. No tengo ni idea… Y así, uno a uno, con sus amnesias encima, fueron desfilando por la Audiencia Nacional Francisco Alvárez Cascos, Ángel Acebes, Javier Arenas, Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja. Esos hombres que otrora lucieron su arrogancia por los salones del poder, esos que tomaron decisiones que afectaron a millones de personas, ahora se ven impedidos, mermados, incapacitados por una suerte de maldición que les ha robado la memoria. Qué lástima. ¿Estará sufriendo España las malas artes de alguna divinidad que se divierte enviando al abismo del olvido lo que antes se llamaba negocios, lucro, comisiones?

Porque en este país, tan pronto desaparece la memoria de los poderosos como se esfuman 60.000 millones del erario destinados a los bancos. Y mira que Mariano Rajoy se hartó de repetir que no era ningún rescate, que se trataba de un crédito que iba a devolver la banca. Nada, frente a los designios superiores no hay voluntades posibles. ¡Qué suertuda, la banca! Porque al resto de los mortales no nos desaparecen las deudas así como así. Los sueldos, sí. Esos sí tienen tendencia a esfumarse o a demorarse tanto que ya no sabes si eres trabajador o cautivo.

En fin, qué desastre esto de la desmemoria. Lo peor es su poder de contagio. Fíjense, 8 millones de personas en España se olvidaron de la corrupción del PP y volvieron a votarle. Tremendo.