Los SÁBADOS, CIENCIA

Humanos y poshumanos

Tenemos sistemas que pueden velar para que las nuevas tecnologías se utilicen de forma beneficiosa

PERE PUIGDOMÈNECH

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La especie humana ha ido adaptándose a condiciones difíciles en las que ha podido sobrevivir y, como individuos conscientes, deseamos mejorar nuestras capacidades personales y las de nuestra descendencia. En este momento hemos desarrollado nuevas tecnologías que nos plantean la cuestión de si debemos actuar sobre nuestra especie para poder sobrevivir a los retos a los que nos tenemos que enfrentar en el próximo futuro. ¿Tenemos que ir pensando en un futuro en el que superemos las limitaciones de nuestra especie ?

En los últimos años ha aparecido un conjunto de tecnologías que tienen efectos sobre las nuevas capacidades personales. Hay un número de dispositivos mecánicos que nos permiten, por ejemplo, reparar nuestros órganos cuando alguno de ellos no funciona. Esto va desde las gafas o los audífonos hasta brazos o piernas ortopédicas que estamos perfeccionando de forma progresiva.

Usamos cada vez más instrumentos electrónicos para ayudar a nuestra memoria o para comunicarnos y empezamos a conectar de forma más directa con nuestro cerebro. Tomamos derivados químicos para despertarnos o dormirnos. Y las técnicas de modificación genética se perfeccionan. Los métodos de edición genómica que se han desarrollado últimamente pueden modificar el ADN de los organismos de forma precisa.

HUMANOS Y MÁQUINAS

La imaginación se desborda y ya hay quien piensa en traspasar la barrera entre humanos y máquinas o empezar a modificar el genoma humano para dar lugar a una especie que viva en el futuro complejo que parece acercarse. Una exposición en el CCCB presenta algunas de estas cuestiones.

La pregunta que nos podemos hacer es si tiene sentido en este momento buscar vías para conseguir que los humanos salgan de las limitaciones de la especie para acabar dando lugar a una especie poshumana. Por un lado sería necesario que estableciéramos si realmente estamos en condiciones de hacer algo similar o aún es ciencia ficción.

Los métodos desarrollados para editar genomas quizá se podrían utilizar para modificar algún gen que produce alguna enfermedad genética, algo que el diagnóstico prenatal ya está haciendo, por ejemplo, en los casos de familias portadoras de una enfermedad.

Modificar genes implica hacer nacer los niños por fecundación 'in vitro' y esto no es lo que queremos hacer de forma generalizada. Además hoy por hoy hay pocos genes de los que estemos seguros de que para ellos solos controlan caracteres genéticos con impacto. Para la mejora de la especie pasa como siempre hemos hecho para escoger aquella pareja con la que más nos gusta tener hijos, mientras que el diagnóstico prenatal permite evitar, si queremos, que nuestra descendencia tenga algún gen portador de una enfermedad.

ORDENADORES Y MÓVILES

Tampoco hay muchas posibilidades de tener híbridos con máquinas más allá de lo que ya estamos haciendo. Ya dependemos de ordenadores y teléfonos móviles para la vida cotidiana. Puede que en algún momento controlemos estos dispositivos de forma más directa, pero conectar nuestro cuerpo con electrodos es complejo.

Hay enfermedades como las derivadas de la pérdida de visión u oído que ojalá se puedan beneficiar de sistemas electrónicos y quizá habrá sistemas mecánicos que nos permitirán hacer alguna función pesada con menos esfuerzo. También quizá debemos velar por la aparición de soldados robotizados con capacidad de decisión autónoma.

DISCUSIÓN FILOSÓFICA

Por lo tanto el debate sobre el poshumanismo es una discusión filosófica interesante, puede ser un ejercicio de ciencia ficción o puede llevar las predicciones tan lejos que, asustados, acabemos decidiendo prohibir todo, como puede llegar a pasar con la edición del genoma humano.

No hay ninguna necesidad de ello por ahora. Nadie quiere el establecimiento de razas superiores por ninguna vía genética ni electrónica. Tenemos sistemas de control y normas de trabajo en nuestros laboratorios y hospitales que pueden velar para que las nuevas tecnologías se usen de manera beneficiosa. Y debemos evitar que discusiones teóricas nos desvíen de preguntas sobre cómo aplicamos las nuevas tecnologías en el inicio de la vida y cómo enfrentamos su final en nuestro mundo que envejece cada día.

Realmente nuestros problemas son otros. Si hay diferencias entre la gente es porque hay todavía cientos de millones de personas sin acceso a la comida que necesitan, sin agua potable o electricidad, o sin buenos niveles de educación. Y todo ello en un entorno que descubrimos de golpe que estamos modificando de forma intensa. La humana es una especie animal que se ha ido haciendo durante miles de años, adaptándose a un entorno hostil que ha acabado dominando prácticamente sin darse cuenta.

Nos tendremos que enfrentar a las cuestiones que tenemos que resolver con las herramientas genéticas que tenemos, con la cultura y la tecnología que hemos desarrollado y que nos ofrece soluciones extraordinarias si las queremos usar en beneficio de todos.