Análisis

La hora de Tello

ERNEST FOLCH

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Cuántas veces durante estos años de gloria nos hemos llenado la boca con el tan repetido fondo de armario? Mientras se insistía en el tópico de que los suplentes son los que en realidad dan y quitan los títulos, el Barça se ha ido aferrando desesperadamente a 12, 13 o la sumo 14 escasos jugadores, condenando a un cada vez más sonoro ostracismo a los pobres marginados que tienen la entrada vetada al club de los titulares indiscutibles.

El Barça ha tenido esta temporada momentos estelares, fases más que aceptables y un gran bache que, a pesar del anoréxico partido de Vigo, estamos convencidos de que ya ha superado. Pero todos estos trances, fueran en la salud o en la enfermedad, los han sufrido y los han superado siempre idénticos jugadores, que son por cierto exactamente los mismos a quien desean, por no decir explotan, las despiadadas selecciones que les exprimen las últimas gotas de energía que les quedan. El resultado es que en el Barça se ha abierto un abismo colosal entre los titulares y los suplentes. LosSong, Thiago, MontoyaoBartrasienten algo mucho peor que la frustración de no jugar o participar solo en los minutos de la basura: están convencidos de que, salvo algún cataclismo improbable, no van a disputar ni uno solo de los minutos trascendentes que quedan por jugarse.

A punto de caerse por el barranco de la suplencia, al cual es muy fácil llegar pero muy difícil salir de él, están ahoraAlexisyCesc,con escasas posibilidades de jugar mañana en París. Entre estos nubarrones de suplencias, el sábado se abrió en Vigo un rayo para la esperanza: el partidazo deTelloes mucho más que una invitación al optimismo. Su participación en los dos goles y su valentía para encarar en un deporte donde cada día hay menos jugadores dispuestos a jugar a la ruleta del uno contra uno es una petición en toda regla para ser titular mañana en la cita solemne de París. La apuesta sería atrevida, pero nadie duda ya de que se lo merece y que otras opciones, estiloAlexis,son todavía mucho más inciertas.

En la clásica dicotomía entre el conservadurismo de la jerarquía y el riesgo del talento, el Barça siempre ha sido un equipo más inclinado a la segunda: si no fuera así, en este equipo nunca habrían encontrado su hueco niBusquetsniPedroni tantos otros jugadores. Mañana no es ningún día para nombres famosos o que creen serlo, sino para los que se encuentren en mejor estado de forma.

Mañana vuelveTitoy con él caben otra vez decisiones de gran calado, que inviten al grupo a evolucionar y a los jugadores a confiar en que las buenas actuaciones tienen premio. Todo confluye para que algún suplente sea por fin reinsertado y devuelto a la normalidad de una gran cita. Es decir, es la hora deTello.