Honestos el uno con el otro

Me ha entristecido mucho la noticia de  muerte de Vicente Aranda. Y lamento haber tenido muy poco contacto con él los últimos años. Mi opinión negativa sobre las adaptaciones que hizo de mis novelas, sobre todo de Si te dicen que caí, nos distanció hace bastante tiempo, pero aún así el trato siempre fue cordial.

Vicente sabía muy bien que de esas adaptaciones salieron películas fallidas, era un cineasta inteligente, pero se negaba a admitirlo. Recuerdo que yo le había reprochado ciertos excesos eróticos, gratuitos y truculentos la mayoría de las veces, y que repitió en las cuatro adaptaciones, aunque nunca le discutí el derecho a hacer el cine que él quería hacer. Él decía tener sus razones frente a las mías. Ahora ha muerto y ya nada importa. Él hizo lo que pudo por el cine español. Me consuela pensar que, por lo menos, fuimos honestos el uno con el otro.