Su hombre es Miquel

El candidato del PSC trata de seducir a 150.000 exvotantes de CDC de toda la vida, la mayoría mujeres

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Albert Sáez

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Se busca votantes de Convergència de toda la vida que le dieron el último cheque en blanco a Artur Mas en las elecciones del 2015 y han vivido con horror que lo haya invertido en seguir la estrategia rupturista de la CUP alentada desde la Esquerra de Marta Rovira. Esos votantes confiaban, dicen en las filas socialistas, que la bravuconada independentista perseguía una negociación al límite con Rajoy que, curiosamente, debía ser el resultado de la labor mediadora de quien ha sido el principal beneficiario de la ruptura: el lendakari Urkullu que ha  trincado un auténtico "cuponazo" a cuenta de la deserción negociadora de los fenicios catalanes según ese supremacismo españolista que nunca pasa por la fiscalía de los delitos de odio. Resulta que la mayoría de esos votantes asustados podría inclinarse mayoritariamente por la candidatura de Miquel Iceta. En la sede socialista calculan que son aproximadamente 150.000, la mayoría mujeres, a las que el candidato del PSC les va a ofrecer un día sí y otro también "orden y progreso". Un discurso muy alejado del extremismo que lucen estos días tanto Inés Arrimadas como Xavier García-Albiol instalados en una espiral muy similar en las formas, aunque de contenido radicalmente opuesto, al que llevó a los independentistas al abismo de la declaración de independencia. Iceta es hoy poy hoy el candidato mejor recibido en los foros empresariales que se han puesto por montera aquella propaganda negra del Confidencial CAT que inundó la prensa catalana a las puertas de las elecciones del 2006. 

Para culminar la operación sorpasso a ArrimadasIceta solo necesita un par de ingredientes más. Que el grueso de los integristas católicos que optaron por Ramon Espadaler en el 2015 le sigan en su camino hacia el compromiso histórico con la izquierda y que Puigdemont siga desconcertando a sus propios correligionarios desde el exilio de Bruselas. Si los astros se alinean, Iceta tiene claro que formará gobierno aunque sea en minoría y, además, ya anuncia qué será lo primero que hará: llamar a su madre. Es el tipo de hijo que todas querrían.