Hola Convergència, adiós CiU

CARLES CAMPUZANO

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Estos días desde CDC hemos dado por finalizada la etapa de CiU y comenzamos una nueva al servicio de la misma causa que explicó la fundación de Convergència en noviembre de 1974, la libertad de Catalunya y la justicia social.

Es cierto que las organizaciones políticas no pueden ser una finalidad en ellas mismas; no dejan de ser instrumentos al servicio de la representación de los legítimos intereses de la gente de un país y de los valores e ideas que conviven en una sociedad plural y compleja. Y en la medida que son instrumentales, se agotan cuando dejan de ser útiles. CiU hacía tiempo que se estaba agotando desde esta perspectiva. Tocaba poner punto y final, tal como hemos hecho.

Un final de CiU que únicamente podemos concebir desde la satisfacción del camino recorrido juntos y del trabajo realizado durante muchos años. La consolidación de la democracia, la recuperación del autogobierno, la recatalanización del país, la puesta en marcha del Estado del Bienestar, la expansión de las libertades civiles y la modernización económica de Catalunya no se pueden explicar sin la labor política de CiU durante un largo período de tiempo, con todos sus límites, fallas i contradicciones, como toda obra humana. De la misma manera que no se puede explicar la expansión del movimiento soberanista de esta última época sin la implicación, a todos los niveles, de la gente de CDC y UDC.

Ahora a CDC le toca reagrupar el amplio bloque social favorable a la independencia y al progreso de la gente de este país. Actuaremos inspirados por los valores que nos acompañan desde nuestra fundación: la defensa de las libertades individuales, la aspiración a una sociedad justa y decente y Europa como nuestra patria de destino. Y lo haremos en este cambio de época que nos ha tocado vivir, tan intenso y tan apasionado, pero también cargado de dificultades e incertidumbres individuales y colectivas.

Un cambio de época que también pide, y mucho, nuevas actitudes de los partidos políticos respecto a su manera de trabajar y de relacionarse con la sociedad. Reconectar con la gente exige partidos más abiertos y flexibles, que no esperen que la gente vaya a ellos sino que van con la gente, que actúan en la Red y en red.

Y en eso estamos, con muchas ganas, convicciones y determinación en un tiempo concreto, en un país que amamos tal como es y que aspiramos a mejorar.