La rueda

La historia será cruel con Wert

ANTÓN LOSADA

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El ministro más abrasado en el chamuscado Ejecutivo que preside Mariano Rajoy acaba de anotarse otro éxito incuestionable. Ha logrado la movilización educativa más seguida y más convocada de la democracia. El torero Wert ha cortado las dos orejas y el rabo. Esta vez, en la carrera por ver quién suelta más genialidades para desacreditar a los huelguistas le ha ganado por la mano una estrella emergente, su secretaria de Estado, Montserrat Gomendio. Primero acusó a los profesores de ser unos privilegiados con empleo fijo que estaban condenando a sus alumnos al mismo futuro de paro de sus padres. Luego remató la faena denunciando que la huelga se debía solo a la codicia salarial de los maestros. Toda una demostración del grado de paranoia, ignorancia y sectarismo instalados en el Ministerio de Educación.

La contrarreforma educativa impulsada por Aznar y la infausta ministra Del Castillo supuso un salto atrás en la vacilante progresión de una educación donde todos hablamos mucho pero nadie invierte lo que debería. El venerado Informe PISA es concluyente. Los peores resultados de la serie se producen en el 2006, tras cuatro años de vigencia de su desgraciada LOCE. La LOMCE supondrá otra pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero. Cuando se produzca la segura derogación de una norma que solo apoya una parte de la derecha habremos retrocedido 10 años que nos costará otro mundo recuperar y la brecha con nuestro entorno se habrá vuelto a agrandar. Wert pasará a la historia como un nuevo Julio Rodríguez Martínez, aquel ministro de Educación franquista que se empeñó en hacer coincidir el curso con el año natural e hizo que las vacaciones de 1973 durasen siete meses. El ministro y su calendario juliano han quedado para la posteridad como una ocurrencia tan estúpida como innecesaria.