La historia romántica y el guiñol

Felicidades  a la 'corpo-secessió' (en general). Un año mas han animado a los catalanes a participar ilusionados en la extraordinaria manifestación. Gente del comité de empresa denuncia que se ha cambiado el periodismo por la propaganda. Minucias. No se preocupen, puede que los más jóvenes ya no distingan lo uno de lo otro. Los que han crecido con el súper-Barça creen que lo normal es ganar siempre. Lo mismo en relación al sector audiovisual 'nostrat': los  jóvenes han crecido en este ambiente y a lo mejor les parece buen periodismo. Han sido días de puro romanticismo histórico:

--"Los catalanes hemos desarrollado una gran capacidad de resistencia a las agresiones externas. Está en nuestro ADN". Vamos, que hemos nacido para  ser agredidos por los de "fuera". Somos un país tántrico. ¿No tuvimos Almogàvers? ¿No nos matamos entre nosotros en la guerra civil del siglo XV? ¿No machacaba la aristocracia catalana a sus súbditos? ¿No nos matamos entre nosotros en las guerras carlistas? ¿No nos matamos entre nosotros cuando Barcelona era llamada la ciudad de las bombas? ¿Y durante el pistolerismo? ¿No nos matamos entre nosotros en la guerra civil?  ¿No había catalanes franquistas? ¿No fue nuestra retaguardia una sangría? Claro que ahora se dice que fue una guerra de España contra Catalunya... Solo falta afirmar que bombardearon Madrid durante tres años para disimular.

Pero todo ello no es más que la historia trágica de muchísimos países.La historia es la pesadilla de la que Stephen intenta despertar. Olvidarlo todo y recordar únicamente las también reales afrentas externas es patológico.

Hay que leer 'Victus'

--Se ha repetido estos días hasta la saciedad  lo de "la 'caiguda' de Rafael Casanova". El 'Conseller en Cap', como se sabe, murió mucho después (1743). ¿Por qué hablan de caída? Como máximo, un traspiés. Hay que leer 'Victus'. Tenemos un héroe al que solo hieren, al que -eso sí- despojan de títulos y bienes, y al que exoneran de toda culpabilidad en 1719, para volver de nuevo a la abogacía. ¿Por qué  han insistido estos días  machaconamente en lo de la «caiguda de Rafael Casanova? Cayó Barcelona como Constantinopla y cayeron  muchos barceloneses,  pero no su 'Conseller en Cap'. Vale que cayó Napoleón referido a sus tropas, pero cuando se trata de soflamáticas trasmisiones tricentenarias se destila con la tal caída una cierta pulsión freudiana de matar al padre-héroe.

--Tampoco entiendo las alusiones al caído Martin Luther King. ¿Qué tenemos que ver los catalanes actuales con los afroamericanos y su lucha a muerte por existir? Nos podrían recordar que nos dedicamos al trafico negrero desde 1789 hasta 1845. La historia es apasionante. Hacer guiñol es otra cosa.