Libros fugaces y en fuga

Ernest Hemingway

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DOMINGO RÓDENAS DE MOYA

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El despiste, el robo, la pérdida o la combustión son formas de borrar del mapa libros que existieron y que alguien leyó. Del mundo antiguo nos ha llegado una biblioteca fragmentaria y, con esas ruinas, se construyó en buena medida la cultura occidental. Se perdió el segundo volumen de la 'Poética' de Aristóteles, que trataba sobre la comedia y la risa (o la risoterapia). También se extravió el drama 'Cardenio' que Shakespeare escribió con John Fletcher inspirándose, a lo que parece, en el personaje homónimo del 'Quijote', lo que prueba que Shakespeare leyó a Cervantes y dispara la fantasía imposible de qué hubiera dicho Cervantes de haber leído 'Hamlet' o 'El rey Lear'. Fue la chimenea la que devoró la primera versión de 'El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde', quizá porque a la esposa de Stevenson, Fanny, se le antojó subida de tono y recomendó darle una mano de alegoría. Esos títulos integran una historia de la literatura alternativa, la de los libros fantasma de los que nos queda solo el rastro de su paso.

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No es esa la historia que ofrece el italiano Giorgio Van Straten en su 'Historia de los libros perdidos' (Pasado & Presente). Lejos del afán de totalidad, escoge ocho libros que encierran, cada uno, un misterio y cuya desaparición no siempre es lamentable. Suerte tuvo Hemingway de que, en 1922, en el tren entre París y Lausana, le birlaran a su esposa una maleta atestada de manuscritos, porque así se libró de la rémora de sus tentativas juveniles y pudo comenzar de cero. Sin embargo, el infortunio encendió el fuego que redujo a cenizas la continuación de 'Bajo el volcán' de Malcolm Lowry ('In the Ballast to the White Sea', una novela sobre la salvación), mientras que las llamas que consumieron un siglo antes las 'Memorias' de Lord Byron las alimentó el miedo al escándalo por sus confidencias homosexuales. Aunque los libros ausentes con más triste esperanza son los de Walter Benjamin y Sylvia Plath, ambos suicidas. Aquel porque quizá algún día pueda aparecer el contenido de la maleta que lo acompañó hasta Portbou; Plath porque la novela 'Double Exposure' que quedó tras su muerte podría estar entre los papeles que custodia la Universidad de Georgia hasta 2022. Avatares de la palabra escrita.

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