Hipotecas para pobres

Los bancos argumentan en su defensa que las cláusulas abusivas permitían cubrir los riesgos de conceder préstamos a las clases bajas

Manifestación en Barcelona contra las cláusulas suelo, en 2013.

Manifestación en Barcelona contra las cláusulas suelo, en 2013.

OLGA GRAU

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Bruselas ha vuelto a dar un tirón de orejas a España por no defender los intereses de los consumidores de productos financieros. La Comisión Europea denunciará el retraso español en aplicar la legislación europea ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

Tras una década de crisis han salido a la luz todo tipo de prácticas perversas de bancos y, sobre todo, de cajas de ahorros, vinculadas a la masificación del crédito hipotecario durante la burbuja financiera. Cientos de miles de cláusulas suelo incluidas en préstamos para la adquisición de primera vivienda. Comercialización de hipotecas vinculadas a la contratación obligatoria de seguros y productos financieros contrarios a los intereses de los clientes. Comisiones abusivas por amortización o cancelación anticipada de préstamos. Gastos de constitución de hipotecas a cargo únicamente de los clientes. Falta de transparencia en la comercialización de productos. 

La lista de abusos es interminable. Lamentablemente, ha tenido que ser la justicia europea la que, a golpe de sentencia, acabe dictaminando a favor de los clientes españoles sacando los colores a los jueces del Tribunal Supremo, al ministerio de Economía, al Banco de España y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La Comisión Europea ha dado esta semana un ultimátum a España, un año después de que venciera el plazo para aplicar la normativa europea que fecha del 2014. ¡Tres años y España todavía no ha hecho nada!.

En los últimos días, para añadir más leña al fuego, el Banco de España, Economía y la banca se han enzarzado en un cruce de reproches acusándose mutuamente de haber generado una inseguridad jurídica mayúscula en el mercado hipotecario. La realidad es que efectivamente, hay un marco muy incierto para la contratación de productos financieros. La clientela todavía está luchando con los bancos para que se les reconozcan sus derechos a la devolución de importes cobrados de más en cláusulas suelo, IRPH, hipotecas multidivisas en yenes o en comisiones diversas. El sector bancario argumenta en su defensa que estas cláusulas permitían cubrir los riesgos de conceder préstamos a las clases bajas.Y avisan que van a elevar el precio de las hipotecas porque si las concedían baratas es porque se cubrían las espaldas ante futuras pérdidas con mucha letra pequeña que ha resultado ser la tapadera de los abusos. 

Los bancos deben poner el precio que sea justo a los productos financieros que comercializan sin ofrecer créditos falsamente atractivos que alteren el mercado y alimenten burbujas. El valor y el precio ya se sabe que solo lo confunde un necio. El resto es engaño.