El hipódromo del PDECat

MAS PUIGDEMONT JUNQUERAS

MAS PUIGDEMONT JUNQUERAS / periodico

Albert Sáez

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Su propio partido, el PDeCAT, ha empujado a Carles Puigdemont a reiterar que su compromiso como 'president' acaba a finales de este año. Si hubiera dicho lo contrario, sus adversarios políticos se le habrían lanzado a la yugular alegando que pensaba incumplir su compromiso en la investidura de convocar un referéndum y largarse. Tampoco ha dicho explícitamente que no tenga intención de presentarse sino que no será 'president' el año que viene.

Sea como fuere, esta maniobra ha abierto el baile de la designación de un candidato por parte del partido heredero de Convergència. Se perseguían diversas cosas con el empujón: en primer lugar, evitar que Artur Mas pretendiera volver a ser candidato ante una hipotética situación de emergencia (como este lunes apunta la 'consellera' Munté) y en el caso de que no sea inhabilitado. En segundo lugar, la actual dirección quiere dejar claro que si el candidato no es alguien que haya sido 'president', el camino de cualquier aspirante pasa indefectiblemente por unas primarias en las que no le van a poner una alfombra roja a nadie. Y en tercer lugar, se pretende descartar algunos nombres antes de poner a circular los que finalmente disputen la candidatura. En la sede de Provenza se da por descontado que nadie de los que acompañaron a Oriol Pujol a declarar por las ITV puede aspirar. Eso deja fuera de juego a Josep Rull y a Jordi Turull y, por supuesto a Lluís Corominas y a Francesc Sánchez. A la vicepresidenta del partido, Neus Munté, muchos le han recordado estos días que ya renegó de la oferta para ocupar el cargo hace un año. Y al siempre candidato Santi Vila le han recordado su fracaso en las primarias para presidir el Consell Nacional y su velada intención de competir por la alcaldía de Barcelona. La ganadora en aquellos comicios, Mercè Conesa, no parece dispuesta a correr los riesgos que esta carrera supone. Mientras que Francesc Homs está pendiente también de la inhabilitación y de reconciliarse con la actual dirección. Marta Pascal y David Bonvehí, que no aspiran a ser candidatos, ya mandan más de lo que muchos dicen.