Hipocresías

Iglesias desglosa su programa económico ante los empresarios, ayer.

Iglesias desglosa su programa económico ante los empresarios, ayer.

Albert Sáez

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Fue bastante hipócrita el anterior alcalde, Xavier Trias, cuando decidió pagar el alquier del llamado Banco Expropiado en Gràcia para evitar que el propietario instara el desahucio de los okupas como ha hecho ahora. Es algo hipócrita la actual alcaldesa, Ada Colau, cuando se limita a comentar los disturbios de esta semana como si fuera la activista que no quiere dejar de ser. Son bastante hipócritas los empresarios que le ríen las gracias a Pablo Iglesias cuando han hecho lo posible y lo imposible porque nunca llegara donde está. Es algo hipócrita el líder de Podemos cuando les dice que sus políticas son viables dentro de la eurozona. Es bastante hipócrita el concejal Asens cuando llama a una abogada como simple "colega". Son algo hipócritas los urbanos de Barcelona cuando dicen que no confían en los gobernantes que han elegido los ciudadanos. Es bastante hipócrita Obama cuando visita Hiroshima sin la más mínima intención de pedir perdón por las bombas. Es algo hipócrita la opinión de quienes siempre olvidan donde estaban los verdugos. Todos somos algo hipócritas cuando reclamamos soluciones a los problemas sin aceptar las consecuencias negativas que puedan tener para nosotros mismos.

Me temo que el auge de la transparencia tiene como reverso el aumento de la hipocresía. Estar permanentemente expuestos al escrutinio público nos obliga demasiadas veces a no decir lo que pensamos. Últimamente escucho con frecuencia frases del tipo: "yo no soy racista pero... no dejo que mi hija trate con el niño marroquí de su clase o no quiero que traigan refugiados". Decía el gran Peter Berger que los humanos necesitamos una mínima dosis de hipocresía para seguir conviviendo. Si todos dijeramos lo que pensamos, el mundo sería aquel infierno de Sartre. La postmodernidad nos trajo el pensamiento débil que ha encontrado en el tuit su expresión más sublime. La transparencia obliga a tener opiniones sobre todo en todo momento. Pero de vez en cuando, especialmente quienes tienen responsabilidades políticas, harían bien en recopilar sus tuits y ver si tanta hipocresía no les arruina la confianza.