'Hikikomori'

Emitió ayer el Telenoticies  Migdia un reportaje sobre la extensión en Catalunya de un fenómeno que hasta ahora era conocido, sobre todo en los medios y circunscrito a Japón, como el síndrome Hikikomori, la decisión de algunas personas (jóvenes) de encerrarse en su habitación,  desconectar  de familia y sociedad y comunicarse solo a través de la red, con adicción a los videojuegos. En términos más clásicos, una variante de la agorafobia, el miedo a convivir o el pánico a hablar en público.

Hace varias décadas que Japón es un protagonista principal de la economía globalizada, mucho antes y mejor que China y siempre por sus avances tecnológicos, celebrados en el mundo audiovisual, menos reconocidos en aplicaciones médicas. La mala reputación japonesa, en términos de indicadores económicos básicos, se debe a su largo estancamiento. Al ser un actor más industrial que financiero, ha quedado fuera del escenario obligatorio, made in USA, de la globalización, incluido el consumo intensivo, lo cual choca con la  compleja y fecunda mentalidad japonesa. Esta peculiar desobediencia  les lleva a tomar decisiones individualistas al margen de lo que proponga su Gobierno. Japón no practicaba el Hikikomori frente al dictado occidental. Solo es una isla. Y grande.