VIAJE A LA ANTÁRTIDA (8)

Hespérides 'on the rocks'

"Uno de los grandes lujos por estas tierras consiste en tomarse un whisky con hielo de glaciar, hielo que puede tener miles de años de antigüedad"

Un témpano que al autor le recuerda a las columnas gaudinianas del Parc Güell.

Un témpano que al autor le recuerda a las columnas gaudinianas del Parc Güell. / periodico

Albert Solé

Albert Solé

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Anoche estuvo nevando un buen rato y esta mañana el azar de vientos y corrientes ha empujado el hielo caído de losglaciares hacia lacaleta Cierva, con lo que hemos amanecido literalmente rodeados por témpanos de hielo de todos tamaños y colores.

Uno de los grandes lujos por estas tierras consiste en tomarse un whisky con hielo de glaciar, hielo que puede tener miles de años de antigüedad. Es una oportunidad que por supuesto no hemos querido dejar pasar.

Mientras el equipo deJerónimo desembarcaba para tomar muestras geológicas, nosotros hemos pedido a la zodiac del barco que nos llevara a rodaricebergs y sobre todo uno enorme y con un frontal alto y alargado que me recordaba a 'La efigie de hielo' de Julio Verne, uno de los libros de mi infancia. La sorpresa ha sido meter el micro debajo de uno de lostémpanos antiguos. El mar ha ido erosionando su base dejando un juego geométrico de azul turquesa que va fundiéndose anunciando una muerte cercana. El goteo incesante produce una curiosa sinfonía.

Me cuentan que los inuit delÁrtico tienen más de 200 nombres para denominar cada tipo de iceberg. No me extraña, las estructuras son infinitas, El problema es que la zodiac no podía avanzar sin arriesgarse a un accidente. Al finalHans y yo nos hemos metido en el agua mientras que el 'teletubbi' deMarctenía un poro y ha empezado a mojarse por dentro. Mal asunto, bien resuelto al final con imaginación y unas bolsas de plastico en los pies.

Una vez en el barco, hemos levado anclas y rodado desde el puente de mando la delicada operación de zigzagueo entre icebergs con un barco de 3.000 toneladas pilotado con una agilidad de auto de choque por el comandante y su equipo. No sé por qué he empezado a recordar la película'Titanic',pero no he querido decirlo para no mentar la bicha. Los marinos son muy superticiosos. Mientras,Pepita Castellví asistía desde el puente al espectacúlo. "Por mucho hielo que haya visto en mi vida --me cuenta-- me sigue maravillando". Es lo que más me gusta de ella, su capacidad para redescubrir la vida como si fuera la primera vez. En esa ilusión radica su fuerza vital.

Esta mañana, como casi todos los días, el cielo estaba de color gris plomo. Ahora, a medianoche, navegando a toda máquina hacia la base Ohiggins, el sol nos ha regalado un atardecer de intensos colores malvas.

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