La clave

Hernando, licenciado en exabruptos

JUANCHO DUMALL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La selección de frases de Rafael Hernando que puede consultarse en la web de EL PERIÓDICO habla de un hombre de la derecha montaraz al que le parece que la memoria histórica es una majadería («Esto de remover tumbas... Algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle»), pasa de puntillas por el alzamiento de Franco («las consecuencias de la República llevaron a un millón de muertos») y se burla de los jueces que investigan o han investigado las irregularidades o presuntos delitos cometidos por el PP («Pedraz es un pijo ácrata»; «parece que Garzón ha pasado de juez prevaricador a payaso ilustrado»). Un lapidario que dice muy poco a favor del talante de quien el martes se convirtió en portavoz de su partido en el Congreso.

El problema político de fondo no es que Hernando sea un charlatán licenciado en exabruptos. Lo relevante es que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, piensa en él para que sea la voz del PP en la Cámara precisamente porque cree que lo que hace falta de aquí a las elecciones legislativas del año que viene es un duro de los de antes, un látigo para la oposición y un propagandista que no titubee.

La remontada

Angustiado por las encuestas, el líder del PP comprende ahora que no puede fiar una remontada en pocos meses a los datos macro, que aún tardarán en notarse en la inmensa mayoría de las economías domésticas. ¿Qué hacer entonces? La conclusión, a la vista de las últimas intervenciones del presidente y del nombramiento de Hernando, es seguir machacando con que la crisis forma parte del pasado y, en paralelo, presentar al PP como único garante de la unidad de España, del orden constitucional, de la estabilidad económica y de la tranquilidad en las calles. Es decir, los mensajes clásicos de Manuel Fraga y del peor José María Aznar.Que Pedro Sánchez se pelee con Podemos (y con Susana Díaz) por el voto de izquierdas, deben de pensar en la calle de Génova. Ellos, con el verbo inflamado de Hernando, tienen munición para asegurar, al menos, que los convencidos seguirán en el redil.