Al contrataque

Hemeroteca

Usar la hemeroteca para pedir coherencia a la clase política es algo muy habitual fuera de nuestro país. Un ejercicio muy sano frente a las mentiras

Trump reacciona ante su victoria en Manchester (Nuevo Hampshire).

Trump reacciona ante su victoria en Manchester (Nuevo Hampshire). / periodico

ANA PASTOR

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La primera vez que lo vi en directo me pareció fascinante. Daba igual el medio. Cada vez que Paul Ryan, aspirante a vicepresidente con el Partido Republicano, aparecía en una entrevista le recordaban que había cambiado su visión sobre los recortes en la sanidad. Según empezaba la conversación, le echaban en cara lo que en Estados Unidos llaman 'flip-flop' y aquí algo parecido a que te saquen la hemeroteca. Usarla para pedir coherencia a la clase política es algo muy habitual fuera de nuestro país. Un ejercicio muy sano frente a las mentiras.

Estos días, por ejemplo, el todavía precandidato republicano Donald Trump está siendo sometido también al escrutinio de sus propias palabras. Los medios estadounidenses, de prácticamente todos los colores, le recuerdan lo que decía de Hillary Clinton hace unos años. Trump afirma ahora, en plena campaña para su nominación, que sería una pésima presidenta y que ha sido la peor secretaria de Estado en la historia de los gobiernos de ese país.

Hace no tanto, en el 2012 durante la contienda entre ella y Barack Obama, Trump fue preguntado por las razones que la harían una buena presidenta. Respondió al periodista del programa 'Meet the Press': «Es una mujer estupenda. Soy poco objetivo porque la conozco desde hace muchos años. Me gusta ella y me gusta su marido». Hay que recordar además que Trump puso dinero para la campaña de esa mujer a la que tanto detesta ahora. Alguien puede pensar que Trump cambió de opinión al verla gestionar una cartera ministerial. Pero hay más. Hace unos años le preguntaron por el aborto, asunto que da para poca ambigüedad entre el público republicano. Era 1999 y Trump dijo entonces que era claramente «pro elección», es decir, a favor de que las mujeres puedan decidir. Ahora cuando le preguntan asegura: «Soy muy pro vida».

El PP Y LOS IMPUESTOS

Cuando se recuerda este tipo de cosas a un político, no se pretende obligarle a mantener siempre la misma opinión sobre un tema. Pero seguramente nadie entendería en Estados Unidos que, en una entrevista, no se le exigiera a Trump al menos una explicación de un cambio tan radical... que curiosamente se produce durante una campaña electoral.

Igual de lógico debería resultar en España si hablamos de las decenas de declaraciones del Partido Popular contra la subida de impuestos, medida (subir los impuestos) que ese partido tomó nada más llegar al Gobierno, o las multitud de pruebas escritas de cómo Podemos pedía el impago de la deuda durante la primera campaña electoral a la que se presentaron, cosa que después negaban públicamente. ¿Cambios de opinión lógicos o quizá tenemos que acostumbrarnos y dejar de creer lo que dicen los políticos en campaña porque tras la noche electoral el discurso cambia con los resultados?