Hechos, no palabras

TONI AIRA

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«Ahora, la historia nos convoca». Con estas palabras, mirando a cámara, cierra la actriz Sílvia Bel el anuncio que hace unas semanas empezó a emitir el Govern por la conmemoración oficial del Tricentenari del 1714. Y esta semana en que la historia había convocado a los partidos catalanistas a defender la consulta en Madrid pero con la ausencia destacada del PSC, me entero  de que las dos representantes del PSC en el Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC), Elisenda Malaret y la exconsellera de Benestar i Família Carme Figueras, ya hace días que tomaron la iniciativa de pedir que se analice esta campaña por si del informe que se haga se  pudiera desprender que es una campaña con intencionalidad política (partidista) hecha desde las instituciones.

La iniciativa, secundada por el representante del PPC en el CAC, Daniel Sirera, buscaría en último término retirar la campaña de los medios. Y es que ya hace tiempo que la beligerancia más grande que se palpa en este organismo contra la supuesta politización y el presunto proindependentismo de los medios públicos catalanes va a cargo de las consejeras socialistas. El talante dialogante y pactista que Pere Navarro defiende oficialmente para mirar de marcar perfil propio y repartir responsabilidades en el estancamiento de las conversaciones Estado-Generalitat, por este flanco como mínimo parece que los suyos no lo practicarían.

La actual composición del Consell, ahora con seis miembros, muchos menos que al ser creado, no dejará prosperar la iniciativa. Con tres representantes a propuesta de Convergència i Unió (uno de ellos el presidente Roger Loppacher, con voto de calidad), se impondrían a los dos del PSC y al del PP. En todo caso, en tres meses toca la renovación de unos cuántos de ellos, cosa que tampoco se prevé que remueva este equilibrio de fuerzas, con la más que previsible incorporación de un miembro de Esquerra, en la línea de retratar mejor el actual Parlament, no el surgido de las elecciones del 2010.

Oposición frontal

Al final, este tipo de batallas palaciegas, de aquellas que poco o nada trascienden en los medios de comunicación y que casi en absoluto condicionan el día a día de los ciudadanos, sí que apuntan a talantes reales, a maneras de hacer y a posicionamientos políticos que en el caso del PSC respecto del proceso es de una oposición frontal que en bastantes momentos lo hace ser compañero de viaje del PP. Oficialmente esto no les gusta nada, ni a Alfredo Pérez Rubalcaba ni a Pere Navarro. Pero como decía la campaña de José Montilla, «hechos, no palabras» se acaban imponiendo.