Pequeño observatorio

¿Hay sonrisas y silencios aún en Venecia?

La ciudad italiana peirde habitantes a marchas forzadas debido al turismo

jjubierre7526413 venecia160729141457

jjubierre7526413 venecia160729141457 / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay unas ciudades que a veces engordan y otras que adelgazan. A menudo se trata de un hecho ocasional, pero también puede ser repetitivo, periódico. Una fiesta popular acumula gente, a veces mucha, para participar en ella. Gente que luego vuelve a su casa, a su ciudad. La ola de desplazamientos temporales y masivos que provoca el turismo es un hecho nuevo en la historia y no tiene comparación posible con la modesta aparición de un reparto de folletos a los turistas. Ahora es como si hubieran llegado a un parque temático al estilo de Disneylandia.

En Barcelona, la contemplación de las masas turísticas también está cogiendo -este verano lo hemos podido ver- un aire de celebración carnavalesca. El espectáculo es extraordinario, y además gratuito, en el Gran Teatre del Portal de l'Àngel y en otros escenarios donde las masas turísticas están adquiriendo un aire de celebración festiva. Y, dicho con todo el respeto, carnavalesca, pensando en la brillante exhibición vestimentaria. Son varias las calles que acogen un desfile compacto y donde se puede practicar el estimulante deporte del estrujamiento.

Tenemos la referencia de Venecia. Los diarios nos explican que el núcleo histórico de la maravillosa ciudad está perdiendo habitantes a una velocidad escandalosa. Las asociaciones de ciudadanos han ofrecido unas cifras alarmantes: en 1951 vivían en Venecia 140.000 personas, pero la cifra va bajando y ahora los habitantes ya son solo 70.000.

Quizá Venecia acabará perdiendo la sugestión de las calles estrechas y no turísticas, a la espalda de la ciudad, por donde paseé y saludé a una chica que iba a lavar la ropa a una fuente. Quizá era Charles Aznavour quien cantaba: «¡Qué triste, Venecia / cuando los amores han muerto / y tú ya no estás...!».

Era un espacio de sonrisas y silencios.