Editorial

Hay que entenderse con los griegos

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La contundente victoria del 'no' en el referéndum griego de este domingo sirve en primer lugar al principal objetivo de quienes lo convocaron: eliminar cualquier duda sobre el apoyo de los griegos a su Gobierno en la decisiva negociación que mantiene con las instituciones comunitarias. Alexis Tsipras es ahora más fuerte que la última vez que acudió a Bruselas, justo antes de convocar las urnas. Quienes dentro de la UE pensaron que este episodio serviría para quitarse de en medio a la incómoda Syriza se han equivocado una vez más. Como en ocasiones anteriores, el gran peligro de este momento es que quienes erraron prefieran intentar huir hacia adelante antes de enmendar su error. Más que nunca, es el momento de la política por lo cual lo conveniente sería que este lunes tomaran la iniciativa el Consejo de Ministros de la UE y la Comisión Europea (legitimada por el Parlamento) y quedaran en un segundo plano el Eurogrupo, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Con todo, lo primero sería que hoy se mantuviera, de entrada, la liquidez de la banca griega exactamente en los mismos términos del viernes pasado.

Pasado el Rubicón del vencimiento de los pagos al FMI, del corralito y del referéndum, los Estados europeos han de imponerse como principal objetivo evitar el famoso 'Grexit' con el que unos y otros llevan especulando desde hace cinco años y de manera muy intensa en los últimos seis meses. Ha ganado el 'no' y, por lo tanto, la interpretación que le daba Tsipras: no a la propuesta de las instituciones, pero con la voluntad de seguir negociando y de permanecer en la moneda única. Entender ese mensaje es la única manera realista de impedir el famoso contagio, económico pero sobre todo político, especialmente en los países del sur de Europa.

Si la UE sigue este camino entonces estará en condiciones de exigir también al Gobierno griego que respete igualmente la legitimidad democrática de sus socios. De la misma manera que Tsipras les ha mostrado los límites de su capacidad de transaccionar, ahora deberá reconocer que las cesiones también deberán tener límites. Posiblemente este camino solo será de éxito si son capaces de hallar una solución de urgencia mientras se diseña un acuerdo más de fondo que incluya la reconsideración de la deuda y las reformas estructurales, no los recortes.