La clave

Un haraquiri colectivo

El debate de política general en el Parlament ha escenificado el fin de un ciclo político

ENRIC HERNÀNDEZ

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El debate de política general que mañana concluye en el Parlament ha escenificado el fin de un ciclo político. Un final agónico.

Confesó el president Artur Mas que, si bien le gustaría poder agotar la legislatura, para que así sea «se tiene que votar el 9-N, y con plenas garantías democráticas». Lo que equivale a anunciar elecciones anticipadas. Replicó el líder de ERC, Oriol Junqueras, con su retórica demanda de entrar en el Govern para «blindar el 9-N». Lo que equivale a decir que si Mas no pone las urnas puede ahorrarse la llamada. Y Miquel Iceta (PSC), impecable en las formas pero rotundo en los mensajes de fondo, le tendió una muleta a Mas para que, aun renqueante, resista en pie hasta el 2016 a fin de preparar la «consulta perfecta», legal y pactada. Lo que equivale a ofrecerle la firma de su capitulación como abanderado institucional del independentismo.

Todo apunta, así, que Catalunya, en una suerte de haraquiri colectivo, se encamina hacia unas elecciones anticipadas que a nadie convienen y que nadie desea, excepción hecha de Albert Rivera (Ciutadans). Las encuestas auguran una severa derrota de CiU -lapidario político de Mas- y otro paso atrás de PSC y PP, junto al incierto resultado de una ICV acosada por Guanyem, Podem, etcétera.

Pero tampoco para Junqueras, virtual ganador si no fallan los sondeos, los comicios anticipados serían una buena noticia, dado que su programa independentista de máximos toparía con los mismos escollos políticos y jurídicos contra los que Mas está a punto de estamparse. Llegado el caso, alguien podría reprochar al president Junqueras, con las mismas palabras que él empleó ayer contra el president Mas, si acaso «no sabía» cuando concurrió a las elecciones autonómicas que el Gobierno central «no aplaudiría» la secesión unilateral.

La variable escocesa

Quebrado el bloque soberanista, solo un factor puede dar oxígeno al posibilismo de Mas: un triunfo del sí en el referendo escocés. Forjar protocolos que eviten (o acorten) la salida de Escocia de la UE llevaría su tiempo, y aconsejaría al soberanismo catalán no precipitar acontecimientos: wait and see. Eso, si no es ya demasiado tarde.