mi hermosa lavandería

Hamburguesas y balas

dominical  numero 626 seccion coixet

dominical numero 626 seccion coixet / periodico

ISABEL COIXET

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De la avalancha de vídeos ultraviolentos que circulan por la red, hay uno que hiela la sangre: en Arizona, una niña de 9 años, con pantaloncito corto rosa, dispara un subfusil Uzi y mata a un instructor de tiro de 39. La niña había sido llevada por sus padres al establecimiento Bullets and Burgers para comer una hamburguesa y unos nachos y, de paso, aprender a disparar un arma, como las que usan los mercenarios en cualquier país africano. En las imágenes, se ve cómo las últimas palabras de Charles Vacca fueron: “Muy bien, adelante”. Evidentemente, el suceso fue un accidente. A la niña el propio impacto del disparo le hizo perder el control y la bala fue a parar a la cabeza del hombre. La policía no cerró el rancho inmediatamente después de lo que pasó y este continuó despachando sus combos hamburguesas-prácticas de tiro como si tal cosa. Los responsables del lugar habían declarado que el rancho cumplía todos los requisitos de la ley y que, quizás, aumentarían aún más las medidas de seguridad, que según ellos, ya eran extremas.

Aunque en Arizona no hay edad mínima para poseer un rifle, los de B&B no daban armas a menores de 8 años (la niña tenía 9). En la web de Bullets and Burgers publicitan todavía –siempre dentro de la ley– despedidas de soltero y fiestas infantiles “donde los pequeños pueden degustar deliciosas hamburguesas –las mejores del mundo– y después aprender a disparar como los mayores” con diferentes precios y paquetes. Se ufana de ofrecer una atmósfera “desert storm” (tormenta del desierto). Pero la perla del lugar, el plato estrella, era la aventura “sniper”, un paquete vacacional en el que se recogía al cliente con helicóptero (opcional) y se le llevaba al desierto de Mojave, donde se le entrenaba con rifles como los que usan los equipos especiales SWAT para que pudiera experimentar la emoción de la guerra. Siempre con hamburguesas, costillas y nachos incluidos.

Una compañía de Pensilvania manufactura auténticos rifles especiales para niños. En el último año ha vendido más de 60.000 armas. El lema de la compañía en su web es: “Armas de fuego de calidad para la juventud americana”. Parece mentira que no haya una masacre como la de Columbine día sí y día también. Es completamente imposible que un país en el que estas cosas son normales y hasta celebradas pueda actuar como árbitro de los diferentes conflictos que hoy siembran el mundo de una violencia inaudita. Hasta que la industria armamentística deje de ser una enorme fuente de beneficios para el país y para los que hacen donaciones a los partidos no habrá paz, ni aquí, ni allá ni en ningún sitio. Y hasta que no se meta en la cárcel para siempre a los padres que llevan a su niña de 9 años a jugar con una ametralladora, las cosas van a ir mal. Ya lo dice Pitita Ridruejo: vivimos en el apocalipsis. Ya.