Geometría variable

Hacer el ridículo

JOAN
TAPIA

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El último artículo antes de la pausa de Semana Santa no debería ser amargo. Pero lo es. El president Tarradellas decía que en política lo único que no se puede hacer es el ridículo pero los políticos españoles y catalanes se empecinan en hacerlo. Que el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo -con la desafección como telón de fondo- diga que una Catalunya independiente vagaría por el espacio por los siglos de los siglos es una falta de tino de tal calibre que provoca agudo malestar.

No mejora el equilibrio vital que un organismo raro, el Consell Asesor de la Transició Nacional (CATN) -que preside un jurista de prestigio como Carles Viver Pi-Sunyer- ignore lo especificado por comisarios europeos (Viviane Reding hace poco en la misma Barcelona) y recurriendo a todas las hipótesis favorables posibles (que pueden existir pero que son como mínimo discutibles) concluya que una Catalunya independiente se quedaría en la UE o estaría fuera poco tiempo.

Pero el pasmo es ya de aurora boreal cuando, al día siguiente, el conseller y portavoz del Govern, Francesc Homs, desmiente al portavoz de la Comisión que ha repetido la evidencia: que la Unión Europea es una Unión de Estados y que uno nuevo debería ser admitido por el procedimiento marcado en los tratados.

El ministro de Exteriores de España dice que Catalunya vagaría por el espacio y el portavoz de la Generalitat asegura que lo que diga el portavoz de la UE tiene escaso valor y que el CATN (designado por la ciencia del presidente de la Generalitat) sabe más de la UE que Bruselas. Dos políticos inteligentes -Margallo Homs lo son- compiten por ver quien hace más el ridículo. Razón: creen que la política se limita a tener ideología (en el mejor de los casos), vender y enredar. Afortunadamente se equivocan.

Más ridículo. El CAC, con urgencia, nocturnidad, recurriendo al voto de calidad, inadecuado en este caso, del presidente -un probo funcionario de CDC- y sin conocer los términos económicos de la operación ha adjudicado siete canales de televisión local -el Canal Català, que era de un empresario italiano-  a El Punt Avui que ya emitía «en pruebas» eventos de la ANC. El Govern ha decidido apoyar sin complejos (a lo Aznar) la propaganda independentista. Otra cacicada.

Lo ridículo -como Holanda del sur que somos- es que el líder de la oposición (que es el sostén parlamentario del Govern) no diga nada (quizás ha aplaudido y no me he enterado) y el del primer partido de la oposición -que dice que Artur Mas se tiene que ir pese a que tiene mayoría parlamentaria- calle como un muerto. ¿Con el Govern adjudicando medios a la brava cree que el PSC va a tener aire? ¿No es el primer deber del líder de la oposición (aunque Oriol Junqueras le haya hurtado el título) atacar al Govern?

Pero hay ridículos peores. A parte de la izquierda hispánica y catalana (por suerte hay excepciones) se le llena la boca criticando por reaccionaria la política económica alemana. Eurostat publicó el martes los datos de paro regionales y el mapa es desolador. Solo todas las españolas (salvo Euskadi), las griegas y el sur de Italia (el de la mafia) están por encima del 20%. Las cinco regiones con más paro -por encima del 33%- son españolas. Y también siete de las diez primeras. El paro en España es del 25,6% y en Catalunya del 23,4% cuando la media de la UE es el 11,9% y el de Alemania del 5,1%. El paro juvenil (por debajo de 25 años) es aquí del 53,6% y en Alemania del 7,7%.

La lectura indígena de estos datos (no solo por parte de la monja Forcades) es criticar a los sindicatos alemanes -más fuertes que los españoles- por haber tragado con los minijobs. Y descalificar al Gobierno por congelar el salario mínimo que en Alemania (hasta ahora) nunca ha existido. Subtítulo del editorial del primer diario español: Las políticas de ajuste indiscriminado colocan a cinco zonas españolas como líderes en paro. ¡Lo deben creer!

Que tengan unos gratos días de descanso que el martes (en España el lunes) es la vuelta al cole.