Dos miradas

...O hacer

El plan del Ayuntamiento de Cornellà para impulsar un salario mínimo digno en la ciudad demuestra que hay margen para mejorar la vida del ciudadano

EMMA RIVEROLA

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Hablar o hacer. Gesticular o hacer. Prometer o hacer… El plan del Ayuntamiento de Cornellà para impulsar un salario mínimo digno en la ciudad es la demostración de que hay margen para mejorar la vida de los ciudadanos si existe imaginación y, sobre todo, voluntad. De 655,20 euros al mes a 1.071,40. El primero es el salario mínimo interprofesional que marca el Ministerio de Trabajo para el 2016. El segundo es el objetivo que persigue el consistorio del Baix Llobregat. Después de comprobar que ningún empleado a tiempo completo del ayuntamiento o de las empresas municipales cobra menos que ese sueldo, Cornellà exige esa remuneración mínima a todas las empresas que opten a contratar con el ayuntamiento. Una segunda fase persigue la complicidad de las asociaciones empresariales y comerciales de la ciudad para extender un planteamiento salarial que va más allá de la subsistencia.

De 9.173 euros anuales a 15.000. Para comprender el valor de la medida, basta con tener en cuenta que el umbral de la pobreza se sitúa en unos ingresos anuales inferiores a 7.961 euros en hogares unipersonales. El incremento que fija Cornellà amplía el margen que nos separa de la miseria, es la mano tendida para alejarse del abismo, una oportunidad para respirar con más tranquilidad. Entre tantos espejismos de futuro, entre tantas ficciones debatidas, la construcción de una realidad que favorece el crecimiento es una atrevida y esperanzadora excepción.