Hace falta hablar claro

Nuestros peores errores los cometemos cuando confundimos el deseo con la realidad. Pasa en los negocios, mucho más en el amor, pero también en la política. Por eso, la situación en Catalunya cada día es más confusa y la gobernabilidad puede entrar pronto en zona de colapso si ERC sigue negándose a considerar unos presupuestos que, cuando pactó con CiU, ya sabía que iban a ser durísimos. Cada décima añadida de déficit posible son 200 millones.Andreu Mas-Colell se resiste a presentarlos hasta queCristóbal Montorole diga con precisión cuál es el agujero permitido. La culpa es de Bruselas, que hasta finales de mayo no confirmará la cifra para España. Pero alconsellerse le acaba el tiempo. Si no los presenta pronto, o si son ciertas las amenazas de ERC, tendrá que prorrogarlos definitivamente, y eso sería mucho peor: de nada serviría haber logrado una mejora, lejos del 2,1% deseado, pero que puede sobrepasar el 1,5%, entorno a 2.000 millones. Pese a la teatralización deOriol Junqueras,los republicanos votarán las cuentas queMas-Colell ya tiene hechas y que, en realidad, se están aplicando pero con el recorte inicial del 0,7%. De otro modo, serán señalados como los responsables de romper el acuerdo con CiU.

Entretanto, ERC se está cobrando el peaje político de su pacto. Tras la declaración soberanista, se constituyó el Consell per a la Transició Nacional, que no pasaría en Europa ningún examen de pluralidad democrática exigible a un organismo institucional, sufragado por todos los ciudadanos. Sus miembros no cobrarán dietas, pero los sesudos informes secesionistas que se han encargado no se harán gratis ni caerán del cielo. Y ahora, el lunes,Artur Masha organizado un aquelarre que pretende poner los cimientos de otro instrumento del «proceso», el Pacte pel Dret a Decidir, untotum revolutuma la que asistirán todas las organizaciones y entidades que están a favor de la consulta. Se harán la foto, que la diplomacia soberanista de la señorita Pepis enseñará por todo el mundo, ¿y luego, qué?Pere Navarroasistirá por cortesía institucional, aunque sospecha que se trata de otra trampa que solo servirá para marear la perdiz e insuflar aire a la revuelta insurreccional que persigueJunqueras,y a la que elpresidentparece atado de pies y manos. El problema es queMasse ha comprometido a un imposible: llevar a cabo una consulta que no puede organizar.

En política, son importantes dos cosas: el orden de los factores y hablar claro. Pues bien, la consulta no puede ir por delante de la reforma constitucional. CiU votó en las Cortes hace dos meses con los socialistas a favor del federalismo. Aquí nadie se enteró porque solo interesaba el divorcio del PSC con el PSOE. Pero seamos claros: no hay otra.