El desafío independentista

Ni hablar del 'tema'

Hay hartazgo, hay miedo, hay incertidumbre y hay un sinfín de interrogantes abiertos, sin que nadie posea las respuestas que los pueda cerrar

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, en la rueda de prensa en la que se anunciaron los últimos cambios en el Govern.

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, en la rueda de prensa en la que se anunciaron los últimos cambios en el Govern. / periodico

CARLES SANS

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El 13 de junio deL 2014 escribí un  artículo titulado 'Hablando del tema', en el cual explicaba cómo, en aquellos días, no había una cena o una reunión entre amigos y conocidos sin que alguien en algún momento sacase 'el tema'. Sacarlo y hablar de él era adentrarse en un terreno resbaladizo que podía complicar la reunión, ya que no todo el mundo pensaba lo mismo, y cuando las opiniones se enfrentaban porque los criterios no eran coincidentes, las discusiones se alargaban habiendo de sofocar los ánimos con pericia y maestría.

En el artículo decía también que entre gente educada, con pocas ganas de cargarse una reunión social, el tema se sorteaba y la sangre nunca llegaba al río. Al menos en aquellos días. En cambio ahora, tres años más tarde, cuando el tema se nos ha vuelto temazo por la proximidad de un posible desenlace, he comprobado que en las reuniones donde se desconoce el criterio político de los presentes, el temazo no se toca y ni siquiera se roza. Y no se toca ni se roza porque la situación está en modo digamos "poca broma"; con este asunto la gente ya no matiza como antes y las posiciones se han ido extremando, por lo que el uso de aquel civismo del 2014 está en entredicho.

Hay hartazgo, hay miedo, hay incertidumbre y hay un sinfín de interrogantes abiertos, sin que nadie posea las respuestas que los pueda cerrar. Razones por las que muchas personas continúan evitando el tema para salvar la amistad con los amigos o la buena familiaridad con los parientes. Existe tensión acumulada, así que solo hablan entre sí los de la misma cuerda; cuando se intuye disparidad, se charla de otra cosa. Bastante hemos conversado y discutido ya. ¡Cómo no habrá discusiones sobre el temazo si las vemos entre las propias organizaciones políticas que lo han generado! Aquí lo que nos queda por saber es de qué tema se hablará, y en qué términos, el día que no haya tema del que hablar. Ya me entienden.