¿'Habemus avali'?

TONI AIRA

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Las primarias abiertas que el PSC de Barcelona ha montado para elegir candidato a alcalde de momento van pasando sin pena ni gloria. También es cierto que ahora los candidatos están en la fase de recogida de avales y que básicamente todavía son candidatos a candidato. La competición real está por llegar, y de hecho pinta que puede darse. Entre otras cosas porque por ejemplo el gran outsider del lugar, el actual líder de la oposición municipal, Jordi Martí, ya ha conseguido los avales exigidos, en contra de los pronósticos generales y haciendo innecesario el gesto de la Federación de Barcelona de cederle firmas. Aquí se ha frustrado, según el equipo de Martí, una estrategia del aparato que lo quería desgastar.

Ayer, tirando del buen sentido del humor que caracteriza su campaña en la red (forma inteligente de diferenciarse y de llamar la atención), Martí publicó en Twitter un vídeo con el título Habemus Avali!, con imágenes de la fumata blanca en la Plaza de Sant Pedro del Vaticano. Según uno de los estrategas del aspirante a alcaldable, «tenían al núcleo duro del aparato barcelonés sin avalar a nadie para apoyarnos a última hora y venir a decir que tanto criticar nosotros al partido pero que gracias a él pasábamos». Riesgo conjurado, si es que algún día existió.

De cara a la nueva fase que se abrirá en pocos días con los candidatos que hayan recogido los avales suficientes, el equipo de Martí ve «inevitable» que el tema de la campaña sea el momento que viven el país y el partido. Un vínculo inevitable, porque, finalmente, ¿de qué hablamos cuando lo hacemos de estas primarias para elegir candidato a la alcaldía de Barcelona? ¿No hablamos también de la crisis que sufre el PSC ante el momento político y social que vive Cataluya? ¿Y su perspectiva? ¿Es elegir candidato con opciones de ganar frente a Xavier Trias, o encontrar un alcaldable que según las encuestas puede llegar como mucho a quedar cuarto en las elecciones?

¿Dónde quedó aquel PSC de los años del espíritu olímpico, no solo en Barcelona? ¿Es recuperable o ya no? Las municipales del 2015 nos lo acabarán de decir (si antes no han pasado otras mil cosas importantes). De hecho, más de uno ya hace analogía letal con la experiencia del PSUC, su congreso de la división de 1981, las municipales desastrosas de 1983 que avanzaron el descalabro en las elecciones catalanas de 1984 y la desaparación oficial de las siglas una vez metabolizada finalmente la pérdida del aval más importante: el de una gran parte de la ciudadanía.