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El grifo del agua

Mikel Lejarza

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Aprincipios de febrero, el grupo Deloitte presentó en París sus predicciones para el 2015 en tecnologías, medios y telecomunicaciones. Es cierto que ante el juego que siempre supone teorizar sobre el futuro conviene recordar el consejo de Winston Churchill«Evitar predecir de antemano, porque es mucho más fácil hacerlo a posteriori». Pero frente a esta apuesta por lo seguro del político británico cabe contraponer el consejo del presidente John F. Kennedy que, invocando el cambio como ley de vida, proclamaba: «Cualquiera que solo mire el pasado o el presente, se perderá el futuro». Ambos puntos de vista tienen sus seguidores. Mientras unos planifican lo que tienen por delante en base a exhaustivos análisis del pasado, otros lo hacen bajo la premisa de que lo único seguro es que lo que hoy es una moda, dejará de serlo mañana. La verdad es que los coches se conducen mirando hacia el frente, pero también que, sin espejo retrovisor, sería arriesgado hacerlo. Como casi siempre, no hay verdad absoluta, pero sí datos que conviene analizar y considerar para luego dejar que la imaginación haga su trabajo en las mejores condiciones.

Del informe mencionado hay datos que van en esa dirección. Por ejemplo, frente a quienes consideran que la tele es un medio en declive se resalta que el tiempo dedicado a verla se mantiene muy estable y su consumo y rentabilidad derivada de la publicidad y suscripciones supera amplísimamente al de los llamados videos cortos. Este tipo de vídeo representa el 3% de todos los vistos en el 2014 en el mundo, un mercado de 5.000 millones de dólares frente a los 400.000 millones que aporta la tele. Dato apabullante que muestra la solidez del negocio televisivo . Algo similar refleja el dato de que para el 2015 se espera que más del 80% de los libros que se vendan sea en papel. Los medios tradicionales están en mejor forma de lo que creemos y siguen siendo el pilar fundamental a la hora de generar y promocionar el sector de los contenidos audiovisuales. Pero hay otros datos. En EEUU, quienes tienen entre 18 y 24 años ven la tele casi un 25% menos que hace tres años. Son jóvenes que no ven los informativos, que se informan en twitter, que ni siquiera lo hacen para saber cómo va a ser el tiempo, lo consiguen a través de sus móviles. Aún ven mucho contenido audiovisual, pero series y películas las siguen por streaming allá donde hay suficiente ancho de banda, la nueva frontera que marca las diferencias en una sociedad globalizada, pero cada vez más dispar. Solo el deporte sigue siendo un contenido que les sienta frente al televisor tanto como antes; y aunque lo hacen hasta tres veces menos que el grupo de la población de más de 55 años, es el contenido estrella por ser un evento en directo. Así, en un mundo que pagará por el móvil, de objetos conectados, de impresoras en 3D y drones, todos, jóvenes y menos jóvenes, se seguirán poniendo frente al televisor para ver un Barca-Madrid; y si queremos verlo gratis solo la tele costeada con publicidad nos podrá ofrecer ese regalo. Las cosas cambian sí, pero lo sólido permanece. La tele respecto a los contenidos audiovisuales continua siendo el grifo del agua de todos los hogares.