La rueda

Gregarismo y banalidad

La sociedad de la omnipresencia mediática confunde el mundo real y el virtual

JOSÉ A. SOROLLA

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La sociedad de la información, la de la omnipresencia mediática, la de internet, la de las redes sociales y la del ruido comunicacional interminable, tiene muchas ventajas, pero está plagada de riesgos. El principal es el de confundir el mundo real con el mundo virtual, el de creer que lo que ocurre en la red es lo que sucede en la realidad. Tenemos ejemplos cada día.

Pero también hay otros peligros nada desdeñables. Uno de ellos es la banalidad. La banalización se produce por la necesidad de convertir en noticia cualquier insignificancia y por la presión mediática de vender como noticia lo que solo son meras circunstancias. Así, una cadena de televisión, por ejemplo, puede conectar cinco veces con un reportero para que informe, muy excitado, de que Luis Bárcenas aún no ha salido de la cárcel o aún no ha llegado a su domicilio. La no noticia transformada en noticia.

Otro de los peligros es el gregarismo. Dos ejemplos recientes, muy distintos, ilustran esta reacción irracional alimentada por el poder de los medios de comunicación. Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, anunció su propósito para el 2015 de leer dos libros al mes -una forma de confesar que solo leía uno o ninguno- y recomendó El fin del poder, de Moisés Naím, con el resultado de que consiguió que se agotaran las existencias después de que miles de personas se lanzaran a comprar la obra obnubiladas por el consejo de un triunfador nada ilustrado. De igual forma, han desaparecido de los quioscos siete millones de ejemplares de Charlie Hebdo tras el criminal ataque a su sede. Hemos de felicitarnos de que los herederos de los asesinados hayan resuelto así su oscuro futuro financiero, pero ¿tiene algún sentido que tantas personas que ni siquiera conocían la existencia del semanario satírico tengan la necesidad irrefrenable de adquirirlo? ¿Es solo un gesto solidario, muy de agradecer? ¿No responde más a las características de un acto de gregarismo?