Un Grec griego

En un Grec renovado y radical que mira este año a Grecia, al mundo clásico y al lamento contemporáneo, se nos acumulan el placer y la reflexión

Programa triple de Dresden Frankfurt Dance Company que inaugura el Grec

Programa triple de Dresden Frankfurt Dance Company que inaugura el Grec / periodico

JOSEP MARIA FONALLERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Salgo de ver la magnífica inauguración del Grec a cargo de la Dresden Frankfurt Dance Company y se reproduce el debate que siempre tengo con un amigo. ¿Qué buscamos, en el movimiento? ¿Qué lectura debemos hacer de las evoluciones del cuerpo, de esta conquista del espacio vacío a través de las conjunciones de los bailarines o de la mezcla de sutileza y tensión que sale de las zapatillas de puntas? ¿Se nos cuenta una historia o estamos solo sometidos a la fascinación de los arabescos, de las manos retorcidas, de la unánime complacencia en el ritmo?

La danza, más allá del registro dramático, nos alimenta de imágenes. Logra el milagro de fijar en el imaginario una evanescencia que lo es por definición. El teatro puede ofrecer palabras que, al menos, tienen la virtud de permanecer en la memoria. Captar los cuerpos que bailan, y chocan y se aparean y se evaporan, retener el movimiento como si fuera textual y matérico, es un prodigio que solo el ballet consigue.

En un Grec renovado y radical que mira este año a Grecia, al mundo clásico y al lamento contemporáneo, se nos acumulan el placer y, también, la reflexión. El espectáculo nace para la admiración pero también para el pensamiento. 'The great tamer', de Dimitris Papaioannou, es una excursión fascinante a través de la vida y la muerte, de la tumba y el nacimiento, de las raíces y la hoja que, frágil, se mueve en un espacio trágico y se empeña en volar. También es desde los cuerpos que contemplamos el mundo.