Geometría variable

Grandes proclamas y la casa sin barrer

JOAN TAPIA

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En lo poco que llevamos de legislatura están surgiendo grandes proclamas. Pero hay también muchas incoherencias y la casa se queda sin barrer. Primera incoherencia: a finales de enero se aprobó una declaración soberanista con el voto de menos de los dos tercios del Parlament. Ayer se aprobó otra -para negociar el derecho a decidir pero no soberanista- con el apoyo de 104 diputados, muy por encima de los dos tercios. ¿Por qué CiU y ERC rectifican? Misterio. A no ser que entonces primara el apriorismo ideológico.

Segunda: Oriol Junqueras, que preside el tercer partido en votos y el segundo en diputados (Catalunya sigue sin tener ley electoral propia tras 28 años de autonomía) es a la vez el aliado del Govern y el líder de la oposición. Somos el único país con esta originalidad. Consecuencia, en enero Junqueras pactó apoyar los presupuestos del 2013 (que ya sabía que, si Madrid no variaba, debían tener un déficit del 0,7% del PIB) a cambio de subir una serie de impuestos (entre ellos, el de sucesiones que CiU eliminó total e imprudentemente tras su victoria del 2010). Ahora dice que no puede votar esos presupuestos, pero oculta que la prórroga presupuestaria aprobada implica una rebaja de los créditos del 28% que ya conduce -si no hay nuevo presupuesto- a un déficit del 0,7%. Es el resultado surrealista de que el líder del partido que apoya al Ejecutivo sea el mismo que encabeza la oposición. La huella de Salvador Dalí.

Pero el conseller Mas-Colell -que además de nacionalista es economista- ya le dijo a Esquerra el lunes que la insumisión -un presupuesto con mas déficit sin pacto previo con Madrid- sería un brindis al sol, porque Catalunya no puede financiar su déficit y es el Fondo de Liquidez Autonómica el que presta el dinero. Y si Catalunya no redujera su déficit, y lo dejara tal como cerró el 2012 (en el 1,96% del PIB), debería recortar 1.800 millones.

La tercera incoherencia es la relación con España. Mas-Colell sostiene -con razón- que habría que negociar con Madrid una rebaja del déficit de un 0,5% anual durante cuatro años. El objetivo del 2013 sería el 1,5% del PIB y el recorte, menor a los 4.400 millones que resultan del 0,7%. Pero el ministro Montoro -que, con sus métodos cuarteleros, ha bajado el déficit (en números redondos) del 9% al 7% en un año (que no está mal)- se atrinchera en el argumento de que no puede suavizar el objetivo de la Generalitat, y de las otras comunidades, hasta que Bruselas haga lo propio con España. Y Mas-Colell solo puede protestar. Sabe que, si todo va bien, Bruselas decidirá en mayo. Y mientras, la casa sin barrer (sin presupuestos).

Ante este panorama, lo elemental sería que el president negociara para desatascar un asunto vital, de subsistencia a corto plazo. Pero no es así. La razón es que Mas le dijo a Rajoy en septiembre: o pacto fiscal o nada. Y, tras perder 12 diputados el 25-N, le remachó: o derecho a decidir o nada. Y Rajoy dice que nada. Los dos anteponen sus apriorismos ideológicos a los intereses de los catalanes.

Cuarta incoherencia: CiU y ERC proclaman que todo es culpa del déficit fiscal. No todo. El peneuvista Iñigo Urkullu -con concierto y sin mayoría parlamentaria- acaba de presentar su primer presupuesto. Recorte: 1.100 millones, un 1,6% del PIB vasco. En Catalunya este 1,6% serían 3.200 millones. Menos que los 4.400 que nos quitan el sueño¿, pero aún bastantes.