Las grabaciones del ministro

En 'La embajada' (A-3 TV), hemos visto un momento tremendo: Belén Rueda se pone delante del ordenador a mirar, con gran delectación, las tórridas escenas que una cámara secreta ha grabado cuando se revolcaba en el sofá y le pegaba un polvo a Chino Darín, el novio de su hija. ¡Ahh! Lo resaltable es ver cómo ella disfrutaba viéndose a sí misma cabalgando desnuda sobre el hermoso muchachito. Aunque había sido pillada in fraganti por una cámara secreta, ella no podía despegar los ojos de su ardiente posturismo. Transformó a su marido, el embajador, en un cornudo. Propinó un mazazo gravísimo a su hija que se va a enterar que su madre mantiene sexo con su futuro marido. Pero ella solo disfrutaba mirándose a sí misma. Se excitaba. Se relamía. ¡Ah! Esta escena de teleserie permite extrapolarse. Viendo a Belén Rueda, nos preguntábamos en casa si el ministro Jorge Fernández Díaz, cuando está en la intimidad, también se delecta escuchándose a sí mismo en las grabaciones con el director de la Oficina Antifrau de Catalunya. Le han pillado maquinando infames maniobras contra políticos de Catalunya. Ha quedado como un Torquemada que incitaba a preparar piras y hogueras para incinerar a sus adversarios. Pero como su caso ha sido tapado y oculto por el Gobierno en funciones de Rajoy, su impunidad le puede permitir ir escuchando las grabaciones y, con toda tranquilidad, partirse de risa. Como quien pone un casete con los chistes de Macario y su ventrílocuo. Ayuda mucho el papel de TVE en esta impunidad del señor ministro. En el Telediario de las 15.00 horas de TVE-1 siguieron silenciando las nuevas entregas de estas conversaciones que desvela el diario Público. Solo dijeron, a modo de tapadera definitiva: «El ministro en funciones no tendrá que explicar en el Congreso sus conversaciones». Y punto. Me extraña que no hayan añadido lo que Celia Villalobos, sin sonrojarse ni nada, acaba decir : «El ministro ha dado todas sus explicaciones y los catalanes se lo han revalidado en las urnas». Pues nada. ¡Viva Honduras!

UNA PASTILLA .- Ha dicho Revilla en El hormiguero que al concluir el recuento de votos se tuvo que tomar una pastilla. Estaba tan horrorizado que no podía dormir. Pero Revilla se consolaba pensando que quizá Rajoy de un paso atrás, y «ponga en su lugar a la ministra Ana Pastor». ¡Ah! Revilla tiene golpes de una ingenuidad que mueven a la ternura.