EL DEVENIR DE CATALUNYA

El Govern vive al día y sin ningún proyecto de futuro

"El Ejecutivo de Mas vive atemorizado por los oráculos del Centre d'Estudis d'Opinió. Lo hace sin norte ni planes a medio o largo plazo"

La vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, y el 'president', Artur Mas, en la reunión del Consell Executiu del pasado 5 de marzo. ALBERT BERTRAN

La vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, y el 'president', Artur Mas, en la reunión del Consell Executiu del pasado 5 de marzo. ALBERT BERTRAN

JOAN FERRAN

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¿Qué pretende Artur Mas? Misterio. ¿Cuáles son sus planes y proyectos destinados a afrontar la crisis que nos ha tocado vivir? Se desconocen. ¿Hasta dónde está dispuesto a pedalear para no caer?...

Si Artur Mas fuera hombre de letras adornaría su quehacer con el 'carpe diem' que nos dejó el poeta romano Horacio. Sí, con ese tópico literario redimensionado en el Renacimiento que nos exhorta a disfrutar de los placeres cotidianos sin pensar en el porvenir. Pero parece ser que, esta temporada, el presidente de la Generalitat ha optado por algo mucho más prosaico y coloquial. Él, y su Gobierno, prefieren vivir al día, ir tirando, al albur de lo que nos depare el Señor. Aplican, a la política, aquello tan catalán de "qui dia passa , any empeny".

Este fin de semana, el Govern prefirió charlar consigo mismo antes que reunirse con los partidos de la oposición y agentes sociales preocupados por la crisis. El Ejecutivo adujo cínicamente, para justificar la anulación de la cita, observar falta de cooperación entre los convocados a la cumbre. ¿Por qué tanto despropósito? Pues para, como rústicamente se dice, marear la perdiz a la espera de que algo se mueva --o sirva de excusa-- para no tener que optar (gobernar), no enojar a los palmeros sostenedores (ERC) y ganar tiempo (a saber para qué).

El colmo de los colmos ha aparecido en escena cuando la cara amable del Govern, la vicepresidenta Ortega, se ha dignado a comunicar al resto de los mortales que el ínclito Artur Mas ha ordenado abrir de nuevo negociaciones con Madrid. Eso sí, advirtiendo de que no está dispuesto a permitir que se traspasen las dos intocables "líneas rojas" marcadas por el Ejecutivo. A saber: la consulta soberanista y el mantenimiento del Estado del bienestar (sic). Y, como es habitual en este tipo de declaraciones diferidas, la 'vice' ha aprovechado para culpar a los demás de la suspensión de la cumbre anunciada.

Ante tanta desfachatez un servidor de ustedes no puede reprimir su perplejidad y enojo. Lo de la consulta está por venir; ya se verá cómo evoluciona. Pero respecto del Estado del bienestar permítanme que les comente un detalle significativo. Fue precisamente Artur Mas el político español que se permitió la licencia de aconsejar a otras comunidades autónomas acerca de la necesidad de aplicar severas políticas de recortes. Las primeras medidas se tomaron y afectaron al ámbito de las políticas sociales. Pregunten si no a enfermeras, maestros, asistentes sociales, etc. etc.

El Govern vive al día, atemorizado por los oráculos del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO). Lo hace sin norte ni planes a medio o largo plazo. El ciudadano se pregunta si hay alguien en el puesto de mando que sepa a dónde vamos¿

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