LARGO PLAZO

¿Cómo creó Google el equipo de trabajo perfecto?

OLGA GRAU

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace más de cinco años Google se obsesionó con encontrar la fórmula mágica para diseñar el equipo de trabajo perfecto. El gigante tecnológico, especialista en extraer pautas de comportamiento a través del análisis de grandes cantidades de datos, empezó aplicar su tecnología para identificar patrones en sus equipos.

A través de su departamento de operaciones de personas (existe, no es ciencia ficción), estudió cuán a menudo comían juntas determinadas personas, qué rasgos compartían los buenos jefes de equipo, si los miembros eran amigos o no fuera del trabajo, si se replicaban determinados rasgos. No fueron capaces de identificar pautas comunes.

Algunos equipos muy exitosos estaban integrados por personas que se relacionaban fuera de la oficina, otros igualmente brillantes por profesionales que nunca socializaban una vez se terminaba la jornada, otros combinaban los trabajadores más inteligentes con otros menos, mientras que otros grupos muy eficientes reunían perfiles medios. ¡Imposible encontrar un patrón!.

Ahí fue cuando Google empezó el proyecto AristótelesAristóteles que reunió a psicólogos, sociólogos, ingenieros y analistas para estudiar más de 180 equipos de trabajo. Esta vez se centraron en analizar las normas informales que rigen en los grupos de trabajo, lo que viene  a ser la cultura que se crea en un equipo de manera informal. La conclusión de Google fue que los grupos más eficientes y productivos son aquellos en los que gracias al lider de equipo se ha creado un ambiente de seguridad y tranquilidad. Tan sencillo como que los miembros participan en la misma medida en los debates y reuniones aportando sus puntos de vista e ideas porque sienten que van a ser escuchados y respetados por el grupo.

El hecho de que una firma tecnológica use tantos recursos y datos para llegar a la conclusión de que la empatía, la confianza y, consecuentemente, la comunicación que se genera y el intercambio de información, son claves para sacar a las personas lo mejor de sí mismas no deja de ser una paradoja. Y deberían tomar buena nota de ello los políticos que nos gobiernan (o que están en funciones). Los últimos datos del mercado laboral en España muestran no tan solo una subida del paro en el mes de agosto, algo incomprensible en plena campaña turística récord, si no también un incremento de los contratos temporales, por horas, por días, por semanas.

Los trabajadores, gracias a las reformas laborales del PSOE y del PP, se sienten cada día más inseguros en sus puestos de trabajo y viven bajo la amenaza continua de la no renovación de su contrato o del despido exprés. Hay quién cree que un mercado laboral inseguro tensiona a las personas a ganarse cada día su puesto. Pero la realidad es que las empresas que tienen éxito, como Google, hace tiempo que escuchan a sus trabajadores. Y eso también es válido para los países. Deberían escuchar a sus ciudadanos.